Este lunes Sor Lucía Caram se ha convertido en la primera religiosa en pisar la academia de Operación Triunfo. Allí ha querido transmitir a los chicos un mensaje de ánimo y de positividad, además de recordarles que les está viendo toda España. "Sois referente para mucha gente; también para los que no tienen esperanza", explicaba la monja, que ha asegurado que desde fuera se ve el cariño que se tienen los unos a los otros. Su visita ha sido de lo más emotiva para los concursantes, que se han abierto en canal para compartir con ella algunos de los momentos que les han marcado después de que la dominica narrara sus vivencias y trabajo con los pobres.
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Entre los testimonios llamó la atención el de Anaju, una joven turolense de 25 años que estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Zaragoza y Diseño Gráfico en Barcelona, donde trabaja actualmente en una agencia de comunicación. Fue precisamente en la capital catalana donde vivió una experiencia que cambió para siempre su vida y su manera de enfrentarse a los problemas: fue una de las víctimas del atentado de las Ramblas de 2017 que terminó con 15 muertos y 131 heridos, uno de los cuales -una turista alemana de 51 años- falleció diez días después debido a las heridas.
"Me di cuenta de qué significa vivir la vida y amar a los demás pero no me di cuenta de qué significaba hasta que no tuve una experiencia que me marcó un montón. Yo estaba en el atentado de las Ramblas y lo viví en primera persona, fui una de las heridas, y lo pasé muy mal. Fue horrible, pero poco después hice un documental con una cadena alemana que me preguntaba '¿cómo te sientes? ¿Cómo te sientes respecto a estas personas que han hecho esto?' y yo me sentía completamente en paz.'", explicaba la joven ante la atenta mirada de Sor Lucía y de sus compañeros.
"Era incapaz de odiar lo que acababa de pasar porque me di cuenta que no merecía la pena, no merecía la pena sentir ni esto de odio porque te das cuenta de que la vida es tan corta... y de que tienes tanto que hacer... que no te puedes permitir ni esto, odiar a nadie. No me entraba en la cabeza. Me decía: '¿Cómo puedes estar tan tranquila? ¿Cómo puedes no sentir odio, estar en este estado de paz?' Era incapaz. Desde entonces sí que valoro mucho más los gestos, intento estar más por los demás, ver el lado positivo y relativizar las cosas malas. Porque te das cuenta de que estar mal no sirve de nada. Si los demás están bien contigo tú vas a estar bien y el odio no tiene cabida en esta sociedad porque solo la empeora".
Anaju, cuyo nombre completo es Ana Julieta Calavia, relató su historia en El Periódico de Aragón ese fatídico mes de agosto. Ella y su hermana habían llegado ese mismo día a Barcelona, hasta donde se habían desplazado para buscar piso y, mientras paseaban por las Ramblas empezaron a escuchar gritos. Al darse la vuelta vieron a la furgoneta blanca que se dirigía hacia ellas a toda velocidad, la hermana de la concursante pudo echarse a un lado pero ella solo pudo levantar la pierna y el vehículo llegó a rozarla. Ambas corrieron a esconderse y, entre el caos, se perdieron durante 3 horas en las que la triunfita estuvo escondida en un restaurante indio donde la ayudaron a curarse las heridas y la tranquilizaron. Finalmente todo salió bien y ambas consiguieron recuperarse de sus lesiones, que eran leves. Ahora, poco más de dos años después, la turolense puede hacer llegar su historia a aún más gente a través de Operación Triunfo, donde se está ganando toda una legión de fans.