Debido a su labor solidaria al frente de la Fundación Aladina, encargada del cuidado y acompañamiento de niños enfermos de cáncer y de sus familias, el guionista, director y productor cinematográfico, Paco Arango conoce mejor que nadie lo que cuesta despedirse de un ser querido y lo que duele perder a un miembro de tu familia.“He vivido la muerte de más de 400 niños a pie de cama” confesaba Arango en una ocasión. Ahora, ha sido a él a quien le ha tocado decir adiós a uno de los pilares más importantes de su vida, su padre, el empresario mexicano Plácido Arango, quien fallecía hoy a los 88 años de edad.
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Fallece Plácido Arango, fundador del Grupo VIPS y gran benefactor del Museo del Prado
Intentado digerir la triste noticia, Paco ha hecho público un emotivo mensaje de despedida, agradeciendo a su progenitor su impecable forma de ser. “Hoy se ha ido un gran hombre a la luz, con un maravilloso corazón, generoso con todos y un caballero de pies a cabeza. Ha sido un padre maravilloso y le he reservado una suite en el mejor hotel del cielo. I will miss you very much (Te echaré mucho de menos)” escribía el cineasta.
Plácido Arango era conocido principalmente por fundar el Grupo VIPS a finales de los 60, que más tarde, concretamente en 2018 vendería al grupo hispanomexicano Zena-Alsea. Desde entonces, vivía retirado en su finca de Valdemorillo en Madrid donde disfrutaba de su afamada colección de arte, otro de sus grandes hobbies. Tanto era así, que el empresario nacido en México e hijo de padre asturiano fue benefactor del Museo del Prado y en 2015 hizo una importante cesión a la pinacoteca que incluía obras de Zurbarán y Goya.
Además, Plácido estaba muy unido a su hijo Paco y nunca dudó en aportar su particular granito de arena a la Fundación Aladina, la cual carecen de ayudas públicas y se nutren de las donaciones de sus socios. Su lema es “para que los niños con cáncer nunca pierdan la sonrisa” mientras luchan para curarse. Según Paco, “Aladina logra algo que la medicina no hace: mantener el espíritu alto para que la moral no decaiga”. Al director, productor y guionista de películas como «Maktub» o Lo que de verdad importa- cuyas recaudaciones han ido íntegramente destinadas a su Fundación-, su labor en Aladina le cambió la vida: “Puso mis prioridades en orden, y ahora, por mucho que aprecie mi trabajo en el cine, tengo algo claro: los niños van primero. Ellos me han enseñado a ser feliz y a ellos me debo”.