Un año más la presencia española en la alfombra roja de los premios Oscar viene de la mano de Penélope Cruz, a quien se suman este año los nominados Pedro Almódovar y Antonio Banderas, además de la cantante Gisela. La actriz será la encargada de entregar el galardón a la mejor película internacional. Penélope, que llevaba sin pisar esta entrega de premios seis años, ha reaparecido con un impecable vestido negro. Si hace unas horas acudía a una de las fiestas previas a la ceremonia con un elegante conjunto dos piezas de Chanel, formado por una chaqueta y falda de tweed rosa pastel, esta noche ha apostado a lo grande con un vestuario que se sumará a la lista de looks icónicos que la española ha dejado ver en esta fiesta del cine desde que acudió por primera vez hace más de veinte años.
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Confiando una vez más en Chanel, la actriz ha elegido un sofisticado vestido negro con bolsillos y con una silueta que se distancia de las elecciones habituales de la actriz. Se trata de una pieza de inspiración vintage que reinterpreta un diseño de la colección Primavera/verano 1995 de la casa francesa. Con una longitud más pronunciada en la parte trasera y decorado en el bajo delantero con tejido de tul, el vestido se combina con unos zapatos negros con hebilla al empeine. El escote palabra de honor o la versión corazón suele ser la más repetida por Penélope en esta alfombra roja, pero en esta ocasión se ha decantado por el cuello halter, una favorecedora abertura que estiliza al máximo la zona de los hombros. El negro total del vestido se rompe gracias a dos detalles clave, por un lado el cinturón de perlas y por otro la camelia que adorna la parte superior de la pieza, una flor que siempre ha estado vinculada a la casa francesa.
Para el maquillaje, creado por el reconocido make-up artist Hung Vanngo, ha apostado por su fórmula de estilo habitual con una mirada ahumada, colorete melocotón y labios nude. Aunque esta vez ha cambiado la sombra en tonos tierra por una alternativa de color bronce y efecto glitter, que favorece especialmente los ojos marrones. Dejando a un lado los recogidos, la actriz de Dolor y Gloria ha optado por dejar la melena suelta y muy lisa, peinada con raya central. Como accesorios, ha apostado por varias joyas: pendientes con forma de lágrima y un anillo que combinaba con la manicura francesa de la actriz, uno de los revivals de belleza con mejor acogida de la temporada.