Antonio Banderas ha vivido uno de los días más especiales de su carrera. Después de más de tres décadas dedicándose en cuerpo y alma al mundo de la interpretación, el malagueño vivía con ilusión su primera nominación a los premios Oscar gracias a su papel en Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, con el que curiosamente dio sus primeros pasos en el séptimo arte. Ha acudido varias veces a la gran fiesta del cine, pero esta es la primera vez que su nombre optaba a llevarse una de las estatuillas. Sin dejarse llevar por el nerviosismo y muy agradecido con todos aquellos que han valorado su trabajo pisaba la alfombra roja del Dolby Theatre con una enorme sonrisa y dispuesto a pasárselo bien en compañía de los suyos, y es que para él era muy especial que le hayan podido acompañar a esta cita tanto su única hija, Stella del Carmen Banderas Griffith, como su pareja, Nicole Kimpel.
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Antonio, Stella -que estaba espectacular con un vestido bicolor negro y rojo con pronunciado escote- y Nicole -muy guapa con un vestido blanco de líneas sencillas firmado por Pronovias-, intercambiaban miradas cómplices y gestos de cariño en estos momentos previos a la gala de los Oscar. El malagueño estaba pletórico, su sonrisa le delataba. No en vano, era la primera vez que estaba nominado a la estatuilla más preciada de la meca del cine. A pesar de que desde que llegó a Los Ángeles dijo estar "muy tranquilo" porque estaba convencido de que no va a ganar, sí le hacía ilusión estar entre los nominados y vivir la gala al lado de sus 'dos mujeres', quienes le apoyan incondicionalmente en su carrera y se muestran tremendamente orgullosas de cada uno de los proyectos que pone en marcha.
Stella Banderas ha visto desde dentro por primera vez la ceremonia de los Oscar. A pesar de que toda su familia está íntimamente ligada al mundo del cine, ella siempre ha optado por mantenerse al margen del foco mediático y ha cuidado al máximo su vida privada. Son contados los actos públicos a los que ha acudido junto a su familia, pero esta ocasión no podía perdérsela y quería dar a su padre todo el apoyo posible en su primera nominación como mejor actor. Puede que de ahora en adelante la hija que tuvo Antonio con Melanie Griffith acuda en más ocasiones a esta importante cita puesto que comparte su vida con Eli Meyer, un joven que también está íntimamente ligado al mundo del espectáculo ya que es el hijo menor de Ronald Meyer, vicepresidente de NBC Universal.
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La hija de Antonio y Melanie es una joven discreta, estudiosa, intelectual, apasionada por la literatura, la poesía y el arte dramático. Continúa sus Estudios Narrativos en la Universidad del Sur de California, y aunque el pasado año hizo un curso de interpretación en Nueva York, parece que sus pasos no parecen ir dirigidos a ser actriz, sino más bien a estar tras de las cámaras. "Creo que no tiene la ambición de su hermana, Dakota, por estar frente a la cámara… sino detrás. Stella es más observadora del mundo que vive. La veo como directora o escribiendo", señaló su padre Antonio Banderas, a quién si le hacía ilusión que siguiera sus pasos.
La última vez que habíamos visto a Stella del Carmen fue en noviembre del pasado año, cuando acompañó a su padre a los Hollywood Film Awards, una gala en la que Antonio recibió el premio a mejor actor de manos de alguien muy especial para él, Dakota Johnson -nacida del matrimonio de Melanie Griffith y Don Johnson-, a la que considera como una hija más. Y aunque se deshizo en halagos con la novia de Chris Martin, en su discurso, el malagueño quiso tener unas bonitas palabras con la niña de sus ojos. "No importa cuantas películas u obras haga, tú siempre has sido mi mejor producción", decía emocionado ante el público.
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