La tercera edición de Maestros de la costura ya ha abierto sus puertas en Televisión Española. Los 12 nuevos concursantes deberán demostrar en el talent de diseñadores, que están a la altura del programa para no defraudar al jurado. Este, formado por Lorenzo Caprile, María Escoté y Alejandro Palomo será más exigente que nunca y les ha planteado hacer como primera prueba un vestido en homenaje al modista español Elio Berhanyer. Los aprendices han arrancado su competición con el reto de confeccionar una prenda con plumas inspirada en este diseñador, y tras algunos traspiés y regañinas, sobre todo de Escoté explicando que esto "es maestros de la costura y no de las manualidades", porque algunos concursantes usaban demasiada silicona en sus confecciones.
En esta primera prueba, Joshua Vázquez se proclamaba ganador con un vestido que dedicaba a su padre, la única persona que le ha apoyado en este difícil camino que es el diseño de moda. Pero este participante venía con polémica incluida. En una de las fotos que tenía puestas con sus creaciones, la presentadora Raquel Sánchez Silva preguntaba sobre una de ellas: "Me ha parecido Cristina Pedroche, pero no es, ¿no?". "No, esta es una amiga mía que canta una orquesta en Galicia y le hago los vestidos", respondía. Pero la conversación continuaba con otra pregunta: "¿Esto es que copiaste el vestido de Cristina?", ante lo que el diseñador se explicaba: "No, yo no copié nada. Este lo hice hace siete años, cuatro antes de las famosas campanadas de Pedroche".
"¿Entonces fuiste tú quien le acusó de plagio?", relataba Palomo Spain. "No acusé de nada, la gente por internet habló mucho, pero yo nunca me pronuncié y eso que me llamaron de todas las televisiones. De hecho, me lo pensé, pero mi padre me dijo que si iba, perdería una oportunidad grande en el futuro”, aseguraba el joven. Tras esto, la prueba por equipos, que se realizaba en Ourense en los talleres de la firma Adolfo Domínguez, era un desastre para ambos equipos. Caprile y el resto del jurado mandaba a los doce participantes a la prueba de eliminación, elogiando solo a Marc, al que le daban el poder de salvar a dos compañeros. La Brava y Joshua eran los elegidos que se libraban de la expulsión y el resto continuaba luchando por su permanencia.
Los otros 10 concursantes debían realizar un traje original reciclado con mantas, sábanas y colchas hechas de ganchillo, asesorados por Teresa Castanedo, propietaria de la marca Vintalogy. Pocos minutos y mucha tensión para salvarse, las valoraciones eran claras: algunos vestidos acertados y otros terribles. Helen se convertía en la aprendiz que no continuaba en el programa, por haber cosido una prenda en la que no le entraba la cabeza por el cuello a nadie. La salida se ponía tensa cuando la concursante discutía con el jurado porque le parecía muy injusto, pero "así de doloroso es salir en el primer programa", relataba Silva. La semana que viene más emociones y confección para ver quién será el próximo en abandonar los talleres.