La de Jennifer Aniston y Brad Pitt era más que una pareja de Hollywood. Era el icono de una generación, de aquellos que se dejaron seducir como Thelma por aquel delincuente que casi echa al traste su huida con Louise y que no se recuperaron del flechazo ni cuando bajó a la tierra encarnando a la muerte en la piel de Joe Black. Son los mismos que se reían, y aún lo hacen, con la chica que logró hacer de la torpeza una virtud y que convirtió a 'la pija' uno de los personajes más queridos de la televisión. Rachel Green, cautivó al público en Friends y solo su intérprete podía superar una historia de amor tan seguida como la que protagonizaba su personaje con Ross Geller. Así fue cómo Brad y Jennifer llegaron a ser los ingredientes perfectos de una ensoñación de la que muchos se niegan a despertar.
El reencuentro de la expareja en la ceremonia de los SAG Awards, donde los dos se llevaron sendos galardones, no ha hecho más que reavivar el mito de su reconciliación. Sus gestos de complicidad, el intercambio de felicitaciones, el abrazo, fugaz en la realidad, pero eterno en las fotos, han vuelto a desatar las pasiones de los que ven en ellos la encarnación de la idea del amor perfecto. Pero, ¿hay algo más detrás del furor que desatan Brad y Jennifer? La psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, lo explica: "la pareja en el pasado era una muestra del amor, belleza, éxito, pasión y felicidad. Además, a la mayoría nos gustaba ver que eso era posible y duradero, de ahí que se idealizara".
La búsqueda del final feliz para una pareja de película. La experta asegura que "nos gusta que los protagonistas encuentren la felicidad, que eso es posible, dado que son necesidades que muchas personas tenemos y el ver que se consigue, nos reporta satisfacción, ilusión e incluso cierta seguridad". El mensaje que los fans de la pareja ansían comprar es que a pesar de las adversidades el amor gane. A pesar de Angelina Jolie, con quien Brad formó tambien una icónica pareja de Hollywood durante 12 años, pero no logró convencer a los nostálgicos que ya habían elegido equipo.
“Son referentes a nivel internacional por su fama y ambos fueron influencers de sus generaciones sin que las redes sociales mediasen, tanto a nivel individual como a nivel de pareja. Por lo que no solo son una pareja de famosos, sino una pareja que influyó a una generación”, sostiene Pilar Conde. Además, añade que el hecho de que ellos mismos se hayan bajado en más de una ocasión del pedestal para lidiar con adicciones, separaciones, custodias... y aún con todo hayan seguido cosechando éxitos, los ha hecho más humanos y más aspiracionales. "Hemos alcanzado con ellos un grado elevado de empatía mezclado con otra dosis no menos elevada de idealización", sintetiza la terapeuta.
Según Conde, la creación de estos modelos de referencia puede ser positiva "si nos acerca a objetivos reales, porque nos puede servir de impulso, de factor motivador", pero si no se es consciente “puede generar problemas, dado que se generan expectativas que no son reales, y puede producir frustraciones". En este sentido, los propios actores han sido en ocasiones los encargados de arrojar cierta dosis de realidad al fenómeno. "Nos pusieron en un pedestal, pero éramos una pareja normal. Pensábamos diferente y no puedes forzar una relación, ni siquiera cuando la gente la tiene idealizada", decía Aniston años después de separarse.
El reencuentro que ha copado titulares y nutrido las expectativas de sus seguidores se produce en un momento en el que ambos están solteros de nuevo. Hace ya casi dos años que Brad Pitt y Angelina Jolie se separaron y el matrimonio de Jennifer Aniston con Justin Theroux, también acabó haciendo aguas después de tres años. Con estas bases, parece pedir que no se sueñe con que vuelvan a ser los novios de América es pedir un imposible.
La reacción de Jennifer Aniston a la broma de Brad Pitt sobre su matrimonio