Será el próximo viernes 24 de enero cuando MasterChef Junior rete en sus cocinas a los cuatro finalistas de su séptima edición: Leo, María, Lu y Albert. Para ello, en el último programa antes de la gran final tuvieron que abandonar el talent show culinario Daniela, Juan y Vega.
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El joven marbellí fue el primero en clasificarse para la gala final después de superar las dos pruebas iniciales. En la primera de ellas, los pequeños concursantes tuvieron que cocinar de la mano de sus abuelos, y el arroz con carpaccio que elaboró junto al suyo ya evidenció su buen nivel. Su victoria le otorgaba además el premio de una cena en el Restaurante MasterChef. En el segundo reto se realizaba en exteriores, concretamente en Toledo, y su buena mano como capitán le llevaron hasta la final.
Por su parte, Lu ya contaba con los mismos puntos que él y, sin embargo, la pequeña cedió su plaza a Leo, entrando así en el reto final junto a María, Vega, Juan, Daniela y Albert. Para esta última prueba, Alma Obregón se encargó de darles las claves para preparar un cupcake perfecto.
La eliminatoria volvía a situar a Albert como estrella de esta edición, además de incluirle entre los cuatro finalistas. El pequeño, que fue expulsado en la tercera gala y recuperado en la tradicional repesca del programa, no solo obtuvo una de las ansiadas plazas, sino que aprovechó la tesitura para "pedirle matrimonio" a Samantha Vallejo-Nágera poniéndose de rodillas frente a ella.
"Los llamo los cupcakes locos, porque la decoración, aunque es muy bonita, la he hecho... a lo loco", afirmaba presentando su postre mientras aseguraba que es un gran aficionado a este tipo de dulces. Cuando la jueza le pidió al muchacho que le recomendara cuál debía probar, este agarró uno de masa rosa y se lo ofreció hincando la rodilla en el suelo: "¿Quieres casarte conmigo?". Samantha, al probar su elaboración, contestaba con un "sí”. "Es un seductor", bromeaba Pepe Rodríguez.
Fue durante la prueba realizada en Toledo cuando Albert entonaba el himno del Barcelona. Una de sus travesuras con las que quería ganarse la aprobación de Jordi Cruz. "Me he aprendido esta canción por ti", le reconoció a su mentor. "Me ha llegado a la patata. Te has entregado a la causa culé y lo has hecho por mí", le agradeció el juez, que le pidió algo a su pupilo: que fuera a cantarle este himno a Rodríguez, madridista convencido. Ni que decir tiene que el niño, con su desparpajo, lo hizo sin tardar.