Tras más de tres meses encerradas en los muros de la casa de Gran Hermano VIP, Adara Molinero, Mila Ximénez y Alba Carrillo pusieron fin a su concurso. Lo hicieron en una gala repleta de emociones y lágrimas en la que millones de espectadores permanecieron pendientes de cada uno de los instantes de la noche. Sin embargo, pocos esperaban la guerra mediática que acabarían protagonizando dos de ellas, en concreto la modelo y la periodista.
Poco después de que Alba y Adara llegaran a plató, comenzaron a ver vídeos sobre su paso en el reality. La colaboradora de Ya es mediodía, por su parte, visionó los momentos más tensos con Mila así como los confesionarios en los que hablaba sobre ella dentro del concurso, razón por la que terminaron enfrentándose en el plató. Sus expresiones o la forma de tratar al resto de compañeros no fueron del agrado de la colaboradora de Sálvame. No obstante, ante el enfado de Alba trató de zanjar la polémica. En principio, confesando el cariño que sentía hacia Alba y después estallando contra ella.
"Lo que he visto me duele y prefiero no decir nada hoy que traicione lo que siento. Me duele ver estos vídeos, a veces he pensado que me tenía asco. Prefiero no decir nada hoy y ser generosa con ella", comenzó diciendo Alba Carrillo. No obstante, sus palabras tan solo avivaron el enfado de Mila Ximénez. "No me voy a defender de lo que he dicho, estamos en un reality". Un cruce de palabras que provocó incluso que la periodista llegara a amenazar con abandonar el plató: "¡Por ahí no! Hoy conmigo no, hoy, no. Hoy no, que me voy a mi casa y me olvido de Gran Hermano, al plató y a todo. Hoy no". Instante en el que saltó todo por los aires.
Pero lejos de amedrentarse la modelo espetó a Mila: "No vas a hablar ahí todo lo que has hablado y luego nos vas a escuchar. Tú te llevas mal conmigo y yo hasta el final me he portado muy bien contigo y tú lo sabes". Reproche que Mila una vez más quiso silenciar: "No voy a discutir. Llevo siendo muchos días muy generosa. Muchísimas gracias. Yo aquí no quiero guerra".
A pesar de que su amistad parecía estar rota tras este desencuentro, ambas se abrazaron después de un corte publicitario y enterraron de este modo el hacha de guerra. “Si hay que discutir se discute y si hay que tomarse un café, pues se toma”, dijeron entre carcajadas.