Cuando el pasado 11 de septiembre Adara Molinero cruzaba las puertas de la casa de GH VIP 7 no podía imaginarse el vuelco que iba a dar su vida en poco más de tres meses. La madrileña es la gran favorita del público para hacerse con la victoria en el reality y la historia de amor furtiva que ha protagonizado con Gianmarco Onestini ha tenido mucho que ver en ello. La joven de 26 años llegaba a Guadalix de la Sierra con una relación en crisis con su pareja, Hugo Sierra, y un bebé de seis meses, pero lo que nunca esperó fue encontrarse en el caos emocional en el que se encuentra en esta final en la que se medirá ante dos duras rivales, Alba Carrillo y Mila Ximénez. Con cierta experiencia en materia de realities debido a su participación en Gran Hermano 17, su concurso comenzó tranquilo. Rápidamente se hizo con el favor de la audiencia y entabló amistad con Dinio y Hugo Castejón. Aunque, sin duda, su gran pilar dentro de la casa ha sido el Maestro Joao.
Su relación comenzó siendo un tanto 'rocambolesca'. El adivino era la pareja de Pol Badía, con quien Adara mantuvo un idilio en GH 17 y que, a su vez, entraría en la casa una vez iniciado el programa tras el abandono de Nuria Martínez. Un peculiar 'triángulo amoroso' que descolocó por completo a la azafata que todavía se sentía muy dolida por su ruptura con el luchador y tenía una conversación pendiente. Sin embargo, en aquel momento, la relación que marcaría el destino de la madrileña dentro de la casa estaba aún en sus albores. Gianmarco, que se había mantenido en un discreto segundo plano hasta la fecha, irrumpía de repente en escena para desencadenar un giro total de los acontecimientos y hacer tambalearse la vida de Adara.
Desde ese momento, su incipiente romance conseguiría eclipsarlo todo, incluida su vida en común con Hugo Sierra, el padre de su hijo. Tal y como ella misma le acabaría confesando a Joao cuando creía que no eran escuchados, tenía la intención de separarse nada más salir de la casa. Las malas contestaciones y un supuesto distanciamiento físico eran algunos de los motivos, aunque, sin duda, su atracción por el italiano acabaría siendo el factor determinante. Sin embargo, Adara no era consciente de lo que sus palabras y actos estaban desencadenando en el exterior, una auténtica bomba que acabaría por explotar tras la expulsión de Gianmarco.
Más triste y abatida que nunca, Adara vivió una auténtica lucha interna, situación que no haría más que empeorar tras la ruptura definitiva de su amistad con Hugo Castejón, al que calificó como "loco y traidor". "Es la cara de la falsedad, de la traición y la deslealtad", llegó a decir de ella el exnovio de Marta Sánchez. Más sola que nunca y sin ningún apoyo dentro la casa, su posición de favorita comenzó a ponerse en duda y no le quedó más remedio que acercarse al grupo de las chicas. En esas horas bajas, llegaría el acontecimiento que acabaría por desestabilizarla. Su doble encuentro con Hugo y Gianmarco no hizo otra cosa que confundirla aún más, aunque la balanza se decantaría finalmente a favor del italiano tan solo unos días después de recibir su visita y vivir su primera gran noche de amor: "Fue muy bonita y eso fue lo que hizo terminar por darme cuenta de mis sentimientos". Ganadora o no, lo que el destino le depare a su salida de Guadalix de la Sierra es todo un misterio.