Cuando tan solo queda una semana para conocer a la ganadora de la séptima edición de Gran Hermano VIP, las cosas en Guadalix de la Sierra están al rojo vivo. Después de que las cuatro finalistas recibieran la visita de algunos de sus excompañeros en el concurso, Gianmarco fue finalmente el elegido por la audiencia para quedarse en la casa una última noche. De esta manera, Adara veía complacidos sus deseos de volver a ver al italiano y tener la oportunidad de aclarar las cosas entre ellos después del tenso reencuentro que protagonizaron el pasado jueves. "La otra vez cuando te vi estaba muy dolido por el beso que te diste con Hugo y solo quería saber si querías que te esperase y te noté súper fría. No me gustó la reacción que tuviste después con las chicas hablando de mi… me quedé muy mal”, comenzó diciendo Gianmarco aún dolido nada más reencontrarse en el búnker.
"No sabes mi situación. No me besó así ni cuando nos despedimos en el aeropuerto. Entiéndeme. No podía rechazarle ¿De verdad crees que no te miro igual? Entiéndeme, yo estaba aislada y de repente venís los dos, me quede en shock. Pero tú sabes cómo soy y lo que siento con solo mirarme", intentaba justificarse Adara, muy confusa por lo vivió al volver a ver a Hugo Sierra. No obstante, el antiguo participante de Grande Fratello no lo tenía nada claro: "Para mí es difícil creerte. Ahora estás muy diferente al otro día, ahora sí me miras igual, el otro día, no".
Durante la conversación que mantuvieron en la noche del jueves, Adara no fue capaz de decirle a Gianmarco si quería que la esperara a su salida del reality, algo que le dejó muy confundido. De ahí que le chocara tanto su cambio de actitud. "Me haces enloquecer. Dices una cosa y mañana otra. Yo no entiendo nada. No sé cómo están las cosas contigo, yo siempre he sentido lo mismo. Pero tú un día piensas en uno y al siguiente en otro. Yo también he sufrido mucho. Al principio no quería venir hoy porque pensaba que ya habías elegido, después he visto que no ha sido así. Yo tampoco entiendo muchas cosas y necesito hablarlas, pero no aquí. Quiero hablar sin cámaras para entenderte mejor", argumentaba el italiano.
Pero aun así su discurso no llegó a convencer del todo a Adara, que todavía tiene muchas cuestiones por resolver en el exterior: "Creo que no eres consciente de la situación tan difícil que tengo. Esto es muy fuerte para mí". "¿Y para mí no?", respondía su compañero intentando hacerla empatizar con sus sentimientos. Finalmente, la pareja conseguía acercar posturas con toda la noche por delante para poder hablar largo y tendido.