Aunque fue la pasada primavera cuando finalizaron sus cinco años de amor con Dani Rovira, tal y como que adelantó ¡HOLA!, Clara Lago disfruta de una magnífica relación con su compañero en Ocho apellidos vascos. La prueba es que ambos actores siguen unidos para sacar adelante la Fundación Ochotumbao, asociación que ellos mismos crearon para "conseguir recursos y visibilidad a asociaciones que luchan por personas, animales y medioambiente".
Pese a la discreción que le caracteriza, Clara tampoco tiene problemas en confesar su cariño hacia Dani, como hace a Hola.com durante la presentación de Proyectos Brillantes. "Además de que todos las ideas están iniciadas por mujeres, todos guardan ese trasfondo de transformación social y es de las cosas que más valoro", explica sobre esta iniciativa promovida por la firma Joma. Por otro lado, Clara nos cuenta que continúa haciendo pruebas para entrar en proyectos de Hollywood, además de avanzar sus planes para Navidades y de desvelar sus rituales para comenzar el día.
¿En qué te consideras brillante?
¡Madre mía de mi vida! Uno no puede contestar a esta pregunta -se ríe-.
Además de la interpretación, digo.
Jamás diría que soy brillante en la interpretación. No sé en qué soy brillante… Pues, mira, en ser muy constante con mis rituales matutinos. Soy como un reloj. Primero, me tomo mi agua con limón. Luego, me pongo a hacer ejercicios en los pies. Tengo mucho arco en los pies y el podólogo me lo aconsejó. Otro me recomendó no sé qué para la cara… Yo voy haciendo caso a todo el mundo y me tengo que levantar a las cinco y media para que mi día empiece a las nueve –se ríe–.
¿Tienes una vida tan ordenada y zen?
Zen no, que luego me gusta tomar mi vino.
¿Consigues llevar esa vida tan ordenada con una profesión como la tuya?
Sí que es verdad que cuando no estoy trabajando, intento tener ciertas rutinas, pero van variando a lo largo de la semana. Cuando no estoy trabajando, todo es un poco más ordenado.
¿En qué proyectos andas metida?
El 31 de diciembre se estrena una serie en Netflix, El vecino.
Háblanos de este proyecto.
Jo, es que no me dejan decir nada. Es una comedia divertida, muy fácil de ver. Se estrena en muy buena fecha, para que el día 1, en plena resaca, todo el mundo se tire al sofá y se vea la serie tranquilamente. Son diez capítulos de veinticinco minutos cada uno. Está muy bien.
¿Da vértigo trabajar para Netflix, que es una ventana en la que te ve todo el planeta?
Bueno, si lo piensas que te están viendo en ciento y pico países, sí. A lo mejor, te da una embolia –se ríe–. Yo prefiero hacer mi trabajo y no pensar en eso.
¿Sueles verte en tus trabajos? ¿Eres exigente?
He aprendido a verme. Antes era radicalmente exigente de pequeña. Odiaba verme. Tampoco tiene sentido eso porque ni es objetivo porque no sabes, al final, qué sí y qué no. Sólo ves lo que no porque no es constructivo y no te sirve de nada. Con los años, he ido aprendiendo a verme y a saber valorar.
Has probado suerte en Hollywood. ¿Qué valoración haces de la experiencia?
Tampoco tengo la sensación de que he probado. Llevo muchísimos años haciendo pequeños viajes, mandando pruebas a Estados Unidos con self tape –grabaciones propias–. Gracias a la tecnología, todo es mucho más fácil. Y es algo que sigo haciendo. Tengo mis mánagers allí. No es algo que me plantee como un todo ni que considere que he dejado de hacer.
¿Te has quedado a las puertas de algún gran proyecto?
Hice uno que conseguí y que me dio mucha rabia [que no saliera adelante]. Se llamaba Playing Dead y se llegó a grabar el piloto. Pero allí funcionan de otra manera. Graban quince pilotos de los cuales eligen cinco… El mío estaba muy guay y me lo pasé muy bien rodando. Teníamos todas las expectativas puestas en que iba a salir porque salió bastante bien.
Supongo que te frustraría quedarte a las puertas.
Sí. Frustró en su momento, pero porque las expectativas eran muy altas. La cadena nos había dado una respuesta muy positiva. Casi dimos por hecho de que se iba a hacer la serie, pero luego no salió, así que la hostia fue más fuerte. Aun así, tengo mucho callo en esto. La frustración ya la tolero mejor.
Hace un par de semanas coincidiste con Dani Rovira en un acto de Save The Children. Aunque ya no seáis pareja sentimental, demostráis que se puede tener muy buena relación.
Claro.
¿Qué puedes decir de Dani?
Ya lo he dicho muchas veces. Nos queremos un montón. Nos tenemos muchísimo cariño y muchísimo respeto y eso siempre ha sido así. Confío en que siempre será así.
Os unen los proyectos solidarios.
Sí. Save The Children nos dio un premio a nuestra fundación –Ochotumbao– y por la campaña que hicimos con ellos. Ahora tenemos un proyecto con la fundación. Es un podcast que se llama Quieres ayudar conmigo y estamos grabando los programas.
¿Ahora estás abierta al amor? Quizá no te apetezca tener pareja.
Este tipo de preguntas, las dejo para mis colegas –se ríe–.
¿Cómo se presentan las Navidades? ¿Te gustan?
En familia. Me gusta el hecho de la reunión familiar. Todo el hecho del consumismo, los regalos y eso no.
¿Algún recuerdo especial que guardes de estas fiestas?
He de reconocer que, de pequeña, era muy bonito el momento de los regalos y de intentar averiguar qué era cada uno, metiéndote debajo del árbol. Luego, lo de los Reyes fue el gran trauma. Cuando descubres que la magia no existe… Es horrible. En mi caso, fue como a los siete años.
¿Qué ha sido lo mejor de este 2019 para ti?
Todavía no he hecho el balance de este año.
¿No te quedas con nada especial?
Hay muchas cosas especiales. Por decir algo, el proyecto que estamos haciendo con la fundación. Es muy bonito y muy especial.
¿Propósito para el nuevo año?
Seguir aprendiendo, que esto es un camino muy largo.
La buena sintonía de Dani Rovira y Clara Lago a pesar de su ruptura