Hace casi un año y medio que Iñaki Urdangarin ingresó en la carcel de Brieva (Ávila) para cumplir su condena de cinco años y 10 meses por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en el marco del mediático 'caso Nóos'. La pasada fue la primera navidad que tuvo que pasar en prisión, un mal trago que este año espera compensar con los días de permiso que la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario ha acordado este jueves concederle. El marido de la infanta Cristina solicitó la semana pasada este permiso para dormir fuera de la cárcel, durante un máximo de 7 días, ahora que ya ha cumplido un cuarto de su condena -requisito imprescindible para poder obtener este privilegio-. Este es el primer permiso ordinario que va a poder disfrutar y todavía tiene que validarlo el juez de Vigilancia Penitenciaria, tal y como indica el reglamento. Urdangarin pidió 7 días de permiso y, aunque la junta de tratamiento ha aprobado que duerma fuera de prisión 4 días, será finalmente el juez quien tenga la última palabra sobre la duración del permiso.
Desde su ingreso en prisión, Urdangarin tan solo ha salido a la calle para cumplir con sus labores de voluntariado en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón, donde trabaja dos veces por semana ayudando a los internos del centro en los talleres de fisioterapia, rehabilitación y algunas actividades recreativas. Iñaki afronta el que ya es su segundo año en prisión con la mirada puesta en el tercer grado.
Aunque el centro en el que ejerce el voluntariado ha emitido un informe favorable sobre su trabajo, estas salidas de ocho horas diarias, durante dos días cada semana, han estado pendiendo de un hilo después de que la Fiscalía haya recurrido este permiso al no cumplir los requisitos legales, ya que por un lado, "no tiene como contenido un programa específico de tratamiento", y por otro, el exduque de Palma aún no había cumplido la cuarta parte de su condena cuando se le concedió ese beneficio. Sin embargo, la Audiencia Provincial desestimó este recurso el pasado 28 de octubre al considerar que el marido de la infanta Cristina cumplía las condiciones necesarias para un preso de segundo grado: baja peligrosidad y nulo riesgo de fuga.
Esta resolución abre una ventana de esperanza a Urdangarin, que aspira a conseguir el tercer grado lo antes posible. Los magistrados, según informa el diario El País, abogan por que pueda acceder a "futuros permisos de salida y a una clasificación de grado más flexible y aperturista". Actualmente, el segundo grado penitenciario que se le aplica permite cincuenta minutos de conversaciones telefónicas a diez números autorizados y dos visitas semanales a través de una mampara, de veinte minutos de duración; además de un vis a vis mensual y otra comunicación al mes de hasta tres horas en una sala con un máximo de seis personas. Hasta el momento, Urdangarin ha hecho uso de todos estos derechos.
Una de las razones que se esgrimen en el auto de la Audiencia Provincial a favor de una mayor flexibilidad es la existencia de informes internos de la prisión que aseguran que la situación de aislamiento que vive al ser el único preso del módulo masculino está afectándole negativamente. El pasado 28 de noviembre cumplió un cuarto de su condena y, por tanto, ya reúne el primer requisito para optar a los permisos de salida. Además, según este informe, sus labores de voluntariado son un aliciente para que algunos presos de segundo grado puedan disfrutar de algunos de los beneficios del tercer grado, como la semilibertad, que no se suelen obtener hasta el cumplimiento de la mitad de la pena, que en este caso se producirá en mayo de 2021.
Hasta hace poco, el mayor inconveniente en caso de poder disfrutar de algún permiso era la falta de un domicilio fijo en España. La infanta Cristina continúa viviendo en Ginebra (Suiza) con los dos hijos pequeños del matrimonio, mientra que Pablo NIcolás se encuentra en la ciudad francesa de Nantes y Juan había comenzado sus estudios universitarios en Reino Unido. Sin embargo, su hijo mayor ya se habría trasladado de vuelta a Madrid, por lo que su padre ya dispondría de un hogar familiar.
Mientras tanto, el exduque de Palma continúa con su rutina en la cárcel, que consiste principalmente en leer, escribir cartas y hacer deporte, según ha confirmado fuentes penitenciarias a la agencia EFE. El ejercicio físico es algo fundamental para él, por lo que reclamó una bicicleta estática más grande que las que había en el centro penitenciario y, finalmente, le autorizaron a disponer de una adaptada a sus casi dos metros de altura en su celda. Desde el 19 de noviembre tiene la oportunidad de combatir la soledad gracias al voluntariado. Cada martes y jueves recorre los 103 kilómetros que le separan del Hogar Don Orione por sus propios medios, es decir, que no es conducido por las fuerzas de seguridad. El permiso de ocho horas que le ha concedido el juez de Vigilancia Penitenciaria para llevar a cabo esta tarea comienza a contar desde el momento en que sale de la cárcel por lo que debe regresar a su celda a primera hora de la tarde.
Ahora que va a disfrutar de su primer permiso penitenciario tendrá la oportunidad de dormir fuera de la prisión por primera vez desde su ingreso en la cárcel de Brieva, y podrá disfrutar de unas vacaciones navideñas en familia.
EXCLUSIVA: Iñaki Urdangarín recibe una visita familiar en prisión, a punto de obtener su primer permiso penitenciario