Tras dos años de descanso en el rodaje debido a una agenda "ambiciosa", el final de Homeland está cerca. Quedan pocas semanas para que Showtime estrene la tan esperada octava y última temporada de la serie estadounidense. Será el próximo 8 de febrero cuando los espectadores puedan ver por fin las últimas batallas que le quedan a Claire Danes por lidiar. En su papel de Carrie, la actriz ya ha superado su paso por un gulag ruso, así como una necesaria recuperación psicológica.
Ahora, y según ha desvelado la productora con el lanzamiento del tráiler de los próximos capítulos, la protagonista deberá apoyar a su compañero Saúl (Mandy Patinkin) para cerrar un acuerdo de paz con los talibanes en Afganistán. El asesor de seguridad nacional para el recién nombrado presidente Warner solicitará la ayuda de su vieja amiga, a quien le propone viajar junto a él hasta Kabul, destino escogido para firmar el trato. Junto a su propuesta no faltan unas declaraciones de lo más intrigantes. Ahora la ciudad es "diez veces más peligrosa", por lo que ambos deberán "cuestionarlo todo" antes de realizar cualquier movimiento.
Una vez allí, y tras el secuestro de Saúl, la oficial de la CIA se convierte en principal sospechosa del caso. "Hay un traidor en tu campamento", le indican a su compañero, y todos los focos se posan sobre ella, que insiste en defender su inocencia. En su contra está la pérdida de memoria que sufrió durante siete meses, un hándicap que arrastrará durante toda la trama.
Homeland se despedirá el próximo año de sus seguidores después de haber emitido ocho temporadas. Durante todo este tiempo, la secuencia ha sido galardonada con dos Globos de Oro (2012 y 2013) y un Emmy (2012) a la Mejor serie de drama, y otros tantos para su actriz protagonista.
Las siete temporadas de la producción están disponibles tanto en Netflix como en Amazon Prime Video. La historia comienza con una introducción del papel de Carrie, una oficial de operaciones de la CIA que es puesta a prueba después de realizar una operación no autorizada en Irak, y es enviada a un centro de contraterrorismo de la CIA en Langley (Virginia). Entonces surge un imprevisto y conoce a Nicholas Brody (Damian Lewis), que finalmente no resultó ser quien decía ser. Además, el trastorno bipolar que sufre la protagonista, una enfermedad heredada de su padre, afecta a la trama a varios niveles.