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Comienza la cuenta atrás para que GH VIP 7 cierre sus puertas. Tras la expulsión de Antonio David Flores, quien no consiguió vencer a Adara Molinero en la última nominación, la final de esta emocionante edición va a ser completamente femenina. La exconcursante de GH 17, Estela Grande y Mila Ximénez son las nuevas nominadas de casa y tendrán que esperar hasta el próximo jueves para poder cantar victoria. Sin embargo, dos concursantes ya pueden presumir de ser finalistas del concurso: Alba Carrillo y Noemí Salazar.
Alba Carrillo ha sido uno de los grandes fichajes de Mediaset para la nueva edición de GH VIP. La modelo entraba en la casa para convivir con dos de sus grandes enemigos: Kiko Jiménez, con el que coincidió en Supervivientes 2017, y Antonio David Flores, exmarido de su amiga Rocío Carrasco. Ha sido con este último con el que ha tenido más enfrentamientos, aunque también ha estallado especialmente con Mila Ximénez por su constante defensa al padre de Rocío Flores.
El concurso de la ex de Feliciano López ha sido una auténtica montaña rusa de emociones. El momento más crítico para la modelo fue cuando cargó duramente contra la organización del formato y estuvo a punto de tirar definitivamente la toalla. Sin embargo, al comprobar que contaba que el apoyo de la audiencia tras ser salvada de la tercera nominación a la que se enfrentaba, la colaboradora de Ya es mediodía resurgió de sus cenizas y ahora se postula una de las firmes candidatas a alzarse con el maletín.
Al igual que hizo en Los Gipsy King, programa de Cuatro en el que se dio a conocer, Noemí Salazar se ha ganado el corazón del público de GH VIP, así como el de la inmensa mayoría de sus compañeros. Al contrario que la otra finalista, el concurso de la "reina del brillo" ha sido relativamente tranquilo. Noemí ha encontrado apoyo en Alba Carrillo y Estela Grande y solo ha tenido enfrentamientos sonados con Hugo Castejón, el habitante más 'odiado' de Guadalix de la Sierra. Entre sus momentos más memorables, destaca cuando bendijo al ex de Marta Sánchez con agua mientras le decía "¡Fuera los demonios!" o cuando se atrevió a echarle vinagre en el zumo y sal en el café durante la prueba de Señores y criados, una de las favoritas de la audiencia de Gran Hermano.
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