Era la primera vez que Pitu se enfrentaba solo a un escenario tan grande y defendía su talento individual delante de un público tan amplio. Él mismo lo confesaba frente al micrófono antes de comenzar su número de baile, así como el principal motivo por el que se presentaba a Got Talent: superar sus miedos. El artista derrochó energía en el escenario, con un show en el que recorrió diferentes ritmos y sorprendió al jurado demostrando que el talento no está reñido con la figura. "Mi principal inseguridad es mi físico porque estoy gordo y un bailarín así no está bien valorado", se sinceraba en el vídeo de presentación.
Una dura infancia marcada por el bullying que el joven quiso compartir con los espectadores del programa: "Se metían conmigo por mi condición física y mi condición sexual". El baile siempre fue una manera de sentirse libre, de dejarse llevar y sacar todo lo que llevaba dentro y, aunque había actuado en grupo en otras ocasiones, era la primera vez que se animaba en solitario, "sin que otros compañeros suplan tus carencias", apuntaba. "Te has comido tu miedo y el de todos", afirmaba Dani Martínez tras la actuación.
Paz Padilla, Edurne y Dani Martínez daban el "sí" a Pitu, aunque no lograba llevarse el voto positivo de Risto, quien aseguraba "haberse quedado un poco frío". Santi Millán se había colocado tras los jueces para escuchar cada uno de los veredictos y antes de que el artista abandonara el plató, reclamaba la atención de todos para anunciar uno de los momentos más esperados del formato. "Con lo que has hecho me parecen poco tres 'síes'", decía el presentador mientras pulsaba el botón dorado, que le daba el "pase de oro" y el pasaporte directo a la semifinal.
Además de una buena actuación, el de Barcelona aseguraba haber dado su pase porque tras la historia de Pitu había grandes lecciones: "Que las apariencias engañan, que el talento no entiende de físicos y que es algo que se lleva dentro". Compartió la alegría con el grupo de alumnas a las que enseña, que también actuó aunque no logró pasar al siguiente nivel.
Además del "pase de oro" de Pitu, la octava entrega de las audiciones de Got Talent ha dejado grandes momentos y más de un pleno de "síes". Como el que recibieron Aya, una joven de 17 años que superó la bulimia gracias a su pasión por la música; David Burgueño, que con solo 15 años dejó al jurado con la boca abierta tras un número de magia a corta distancia; o Rosalía Mulero, con su original show con castañuelas. Un total de 20 actuaciones con música, baile, humor, acrobacias y talento a cualquier edad con las que se superó el ecuador de esta primera fase.