Rafael Nadal es un hombre felizmente casado. El tenista manacorí ha vuelto al trabajo apenas cinco días después de su boda con Mery Perelló en Mallorca y lo ha hecho con la mejor de sus sonrisas en Kazajistán. El deportista español ha tenido palabras de agradecimiento para la prensa allí reunida y ha expresado lo mucho que disfrutaron él y su esposa Mery de su gran día junto a sus seres queridos, con los que "se divirtieron un montón".
"Disfrutamos mucho este bonito día. Nos divertimos un montón y disfrutamos con las personas que nosotros queríamos que estuvieran (en el enlace) y por eso tuvimos un gran día", han sido las primeras declaraciones del tenista mallorquín tras su boda y las ha realizado en la rueda de prensa celebrada en la capital de Kazajistán antes de disputarse un partido benéfico para su fundación con el serbio Novak Djokovic.
"Fue algo que habíamos estado preparando durante mucho tiempo, pero ya ha pasado y ahora es el momento de volver para el fin de la temporada de tenis y es bueno regresar para un evento benéfico", dijo el tenista, al referirse al "Duelo de titanes", que disputará hoy con Djokovic, uno de sus mayores rivales.
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La boda de Rafa Nadal y Mery Perelló se celebró el pasado día 19 de octubre en una ceremonia religiosa muy íntima que tuvo lugar en Sa Fortalesa, un castillo del siglo XVII situado en el municipio de Pollensa, al norte de Mallorca, donde estuvieron acompañados de sus familiares y amigos más cercanos. La discreción fue la nota dominante de una boda, en la que Nadal vistió un chaqué gris marengo, y la novia, un vestido blanco de manga larga con encaje francés e inspirado en el movimiento artístico Art Déco y diseñado por Rosa Clará. Después de la ceremonia Mery Perelló lució un segundo estilismo, para cuya creación se inspiró en el segundo vestido de novia de Meghan Markle.
Entre los invitados de la pareja figuraban los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, los familiares y amigos de ambos, entre ellos, el actual entrenador de Nadal, Carlos Moyá, y tenistas como Feliciano López, Marc López, David Ferrer y el extenista argentino Juan Mónaco.
Rafa ha vuelto a las pistas como hombre casado y recuperado de su lesión en la muñeca. Después de este encuentro solidario, viajará hasta París, donde se celebrará el último Masters 1.000 de la temporada el próximo 28 de octubre. Será el 4 de noviembre, independientemente del resultado del Masters de París-Bercy, en el que, además, Nadal recuperará el número 1 de la clasificación mundial, quizá uno de los mejores regalos de boda que el tenista podía recibir para poner el broche de oro a un año verdaderamente excepcional.
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