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El castillo Belcourt de Newport, en Rhode Island, es conocido por las misteriosas leyendas y fantasmas que lo rodean, sin embargo hace poco fue escenario de algo muy real: la boda de ensueño de Jennifer Lawrence y el galerista Cooke Maroney. Una historia de amor verdadero que tuvo su broche de oro en un enlace del que ahora se pueden ver las primeras imágenes. Aunque la ocasión fue privada, aquí está un retazo del vestido que escogió la novia, un modelo con escote cerrado y manga, de tela brillante, que parece que estaba firmado por Dior (firma que la ha vestido en numerosas alfombras rojas). La actriz llevaba el pelo recogido, mientras que su marido vestía el siempre elegante traje oscuro, con pajarita. Un retrato de boda que quedó completado con el cariño de sus 150 invitados, entre los que hubo rostros conocidos, algunos de la gran pantalla, como Emma Stone, Amy Schumer, Ashley Olsen, la cantante Adele y Kris Jenner.
Durante la recepción, que se prolongó según People, de 12.30 a 15.00 horas, se sirvieron hamburguesas y otras recetas del Boston's Baddest Food Truck and Maine-ly Lobstah. El propietario de la foodtruck, Kevin Tortorella, declaró a la citada publicación que la “gente fue muy amable”. “Estuvimos sirviendo a los invitados hasta las tres de la tarde y luego servimos a los de seguridad”. El baile se prolongó hasta altas horas de la madrugada y los novios no se marcharon hasta que el último invitado abandonó la velada, en torno a las 5.30 de la mañana. “Fue una fiesta que duró toda la noche. Jen y Cooke fueron los últimos en marcharse a las 5.30 de la madrugada” dijo una fuente a People. “Cuando se marcharon, Jen parecía feliz, pero también algo cansada. Estaba espectacular con un vestido joya”añadió.
La finca que escogieron los novios fue diseñada en 1894 por el renombrado arquitecto estadounidense Richard Morris Hunt, inspirada en el pabellón de caza de Luis XIII en Versalles. Actualmente es el hogar de Carolyn Rafaelian, CEO de la firma de joyas Alex y Ani, quien se encargó de restaurar la propiedad en 2012, según Forbes. Quedó esta vez perfecta para la ocasión y al gusto de los novios, gracias al trabajo del organizador de bodas Mark Seed. Jennifer Lawrence y el galerista Cooke Maroney, que podrían haber celebrado una ceremonia civil en septiembre, sellaron su amor ocho meses después de comprometerse.
Comenzaron su relación en primavera de 2018, tras conocerse a través de una de las mejores amigas de la protagonista de Los Juegos del Hambre, Laura Simpson. Desde entonces han llevado su noviazgo con mucha discreción, aunque en ocasiones se les ha visto paseando y dedicándose numerosas muestras de cariño. La feliz pareja se comprometió en de febrero, tal y como confirmó la representante de la intérprete a la revista People.
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