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Estuvo cerca de dos meses ingresada en el hospital en estado grave, un bache de salud del que, como ella misma confiesa, ha salido reforzada. La cantante María Jiménez ha recuperado un fragmento de su libro Calla Canalla para poner palabras a la etapa en la que se encuentra. Ella misma explica que al releerlas se ha dado cuenta de cuánto significan. “Hace unos años escribí esto para mi libro, y hoy al leerlo me doy cuenta de que siempre he estado en lo cierto. Realmente soy un Ave Fénix que resurge de las cenizas y siempre elige el camino de la felicidad, que seáis muy felices” indica junto a una foto en la que se pueden leer los párrafos a los que se refiere.
“Sé que cuando se llega a la más profunda de las tristezas, sólo quedan dos caminos: morirse o ser feliz, y yo he optado por lo último” señala, tras mencionar alguno de los episodios más delicados de su vida, como la muerte de su hija. “Después de doce años de retiro forzado, de sometimiento, silencio y soledad, sé que es posible renacer, que siempre se puede volver a empezar. Hoy, vivo mi propia resurrección. Me siento un Ave Fénix en el cuerpo de una loca maravillosa, dispuesta, como siempre, a arriesgar, a gozar y como buena jugadora en los naipes de la vida, a aceptar el sufrimiento cuando las cartas vengan mal dadas”.
Parece que ha dejado atrás así los complicados momentos que atravesó tras haber sido operada de una obstrucción intestinal, cuyo postoperatorio se complicó con una infección, agravada por sus problemas circulatorios. Por este motivo tuvo que pasar dos meses ingresada en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, unas semanas complicadas en las que se temió por su vida. Una vez recuperada reapareció en televisión para contar que “llegó muerta al hospital” y “ha resucitado”. Con fuerza y entereza, comentó que también se puede extraer algo bueno de esta experiencia. “Gracias a la enfermedad he recuperado amigos a los que hacía años que no veía", dijo.
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