Después de meses de preparativos, este 19 de octubre llegaba el gran día de Rafael Nadal y Mery Perelló. La pareja daba un importante paso en su relación al convertirse en marido y mujer tras más de catorce años de discreto y sólido romance. Lo hacían ante la presencia de unas 250 personas entre las que se encontraban familiares, amigos y compañeros, personas a las que quisieron hacer partícipes de esta boda en la que se implicaron personalmente para que fuera inolvidable no solo para ellos sino también para sus invitados, quienes han desvelado cómo transcurrió todo en Sa Fortalesa, una propiedad privada en la que tuvo lugar tanto la ceremonia religiosa como la posterior fiesta.
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Mallorca vio nacer a los novios y ha sido testigo de la evolución de su historia de amor, que empezó cuando ellos eran tan solo unos adolescentes. Es por eso que Rafael y Mery quisieron apostar por su isla para su enlace, en el que estuvieron muy tranquilos y relajados. Además, tal y como revela Última Hora, durante la ceremonia religiosa, que empezó más tarde de lo previsto y se realizó al aire libre gracias a las agradables temperaturas de la isla, tuvieron muy presentes sus raíces. De este modo, la liturgia, oficiada por el sacerdote Bartomeu Català, tuvo una buena parte en mallorquín, incluido el momento más esperado, el del "sí, quiero", cuando dijeron "Sí, vull". Además, personas muy cercanas a la pareja leyeron las plegarias.
Después, tanto en el cóctel posterior al enlace como en el banquete, los productos de la zona fueron los protagonistas del menú, elaborado a varias manos. Por un lado, el aperitivo estuvo a cargo de Zela y Tatel -restraurantes de los que Nadal es socio- y de los chefs Maca de Castro y Santi Taura. Mientras que este último fue el encargado de preparar todos los platos de la comida central, el grupo DCastro se encargó del tentempié que se ofreció posteriormente, durante toda la fiesta. Por su parte, Joserra Calvo, quien fue jefe de sala de Mugaritz durante más de una década, ayudó con el servicio de sala.
Como en todas las bodas, la fiesta puso el broche de oro a esta jornada en la que todos los invitados pudieron bailar al ritmo de canciones de reguetón, música que hizo que la pista estuviera animada hasta el último momento. Además, tal y como revela el citado diario, algunos compañeros de profesión del novio como Juan Mónaco, que se retiró de la competición hace dos años, o Jaume Munar se mostraron muy participativos y marchosos en esta celebración de la que no disfrutaron ni don Juan Carlos ni doña Sofía ya que se fueron una vez que finalizó el banquete.
Cuando todo llegó a su fin, los asistentes hablaron con la reportera de Socialité que les esperaba a las puertas del hotel en el que se alojaban. "Lo hemos pasado muy bien, fenomenal, ha estado muy bien", decía David Ferrer. "Después de los bailes había que dejar los tacones", explicaba muy sonriente Carolina Cerezuela, quien añadía que había sido "un día muy bonito".
Conscientes de que la jornada del domingo sería algo complicada después de la gran celebración, desde Socialité han contado que los novios quisieron tener un divertido detalle con sus asistentes: les entregaron antes de su marcha un kit antirresaca adornado con los nombres de los protagonistas y con las instrucciones de cómo usarlo para hacer su 'día después' lo más llevadero posible.
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