Cristina Pedroche 'da a luz' a un bebé con el rasgo más característico de David Muñoz

Cristina Pedroche acaba de estrenar una curiosa sección en El Hormiguero 3.0. La colaboradora del espacio de Antena 3 visitaba el programa, al que acudía como invitado el campeón de baloncesto Rudy Fernández, para enseñar una serie de inventos patentados que, por unos motivos u otros, nunca llegaron a ver la luz. Un reloj con cinco esferas, creación de Andy Warhol o un 'paritorio centrífugo' de 1965 diseñado por el matrimonio Blonsky.

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"Es un aparato para parir con fuerza centrífuga. Es una plataforma giratoria en la que la parturienta se sienta para facilitar la salida del bebé. Eso empieza a girar y el niño sale con la fuerza centrífuga. Y entonces, claro, el ginecólogo tiene que cogerlo…. Imaginaros por qué no se construyó", bromeaba la madrileña antes de hacer una demostración de cómo sería dar a luz a un bebé con la máquina de los Blonsky.

Sin perder el sentido del humor y aludiendo a todas las publicaciones, rumores y comentarios que de vez en cuando surgen sobre si está embarazada o no o por qué no ha tenido ya hijos con su marido, el chef David Muñoz, la colaboradora quiso hacer una simulación en directo de cómo sería la llegada al mundo de un hijo fruto de su relación. "Como todo el mundo siempre quiere que me quede embarazada, están obsesionados con que tenga un hijo, pues yo voy a tener aquí también un bebé. El reto es que vosotros cojáis al muñeco y que yo no vomite", decía antes de subirse al paritorio.

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Después de que la máquina comenzase a girar rápidamente y de que 'el bebé' fuese expulsado por los aires, Rudy, que atrapó al vuelo al muñeco, entregó a Cristina a su recién nacido, que 'llegó al mundo' con el característico corte de pelo con cresta que suele lucir el chef de DiverXo. "Ay, Davicillo…", decía Pedroche emocionada antes de añadir que ya nunca más podrían decir eso de que 'no había sido madre'. "Mirad que cosa más mona. Además este no llora por las noches, ni hay que cambiarle", decía en tono irónico antes de que las hormigas concluyeran que, ahora que la máquina había sido inventada, era una buena idea donarla a algún hospital por si alguien quiere utilizarla en algún momento.

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