Como si de una participante más se tratara, Edurne se encargaba de abrir la tercera noche de audiciones a ciegas de la quinta temporada de Got Talent subiéndose al escenario y llenándolo con su mágica voz con el tema Mamá, quiero ser artista. Tras ella, un grupo de especialistas de cine entró dispuesto a sorprender a los miembros del jurado. Rompiendo platos, lanzándose cuchillos y dándose patadas y puñetazos, el grupo no fue capaz de obtener el "sí" de Risto, como tampoco lo harían muchos de los siguientes grupos. El marido de Laura Escanes, que se encuentra a punto de estrenar de nuevo paternidad, mantuvo su pose de "tipo duro" hasta que Adriana, una pequeña bailarina de hip hop de solo 5 añitos de edad, entró en plató y derritiendo a todo el mundo con su gracia y arte. Su cara "de mala" consiguió enternecer a todos, incluso a Risto, que a pesar de decir que "no" en un primer momento, acabó cambiando su voto y mostrando una vez más su faceta más protectora en esta edición del talent de Telecinco.
Blake Eduardo y su asistente Boris entraron para hacer un número de magia con cartas que sorprendió mucho a Edurne, Dani y Paz, sin embargo, a Risto no tanto. La reacción del "ruso-medio oso" que el mago llevó como ayudante asustó mucho al publicista, que acabó abandonado temporalmente el teatro madrileño en el que se rueda el programa y acabase cogiendo un taxi para evitar un conflicto que finalmente no se produjo, ya que todos acabaron sellando la paz y ellos pasaron de fase.
Los hermanos Pellegrini realizaron un auténtico espectáculo de acrobacia, equilibrio y fuerza. Además, su actuación terminó revelando la auténtica historia de superación que se encuentra detrás de uno de los integrantes del grupo, que tras padecer durante más de dos años leucemia y haber recibido médula de uno de sus hermanos, acabó haciendo un alegato a favor de las donaciones. "Por favor, que la gente se anime a donar médula porque hay gente que lo necesita".
Rafa Sánchez subió al escenario para representar a las mujeres de la asociación Generando Igualdad, donde cantó una canción escrita por mujeres maltratadas que intentan rehacer su vida. El guitarrista estuvo acompañado por ellas, que subieron al escenario con una máscara para intentar proteger su identidad. Aunque muchas lograron desprenderse de ella a lo largo de la actuación, tres de ellas prefirieron mantenerla pues aún su pesadilla no ha terminado. Su valentía para subirse al escenario y denunciar la violencia machista y las desigualdades de género consiguieron emocionar al público, al jurado y a buena parte de los espectadores, que aplaudieron desde redes sociales su emotiva actuación.
Papi Flex fue otra de las grandes sorpresas de la noche. El joven guineano realizó un espectáculo con el que dejó sin palabras a propios y extraños. Una alucinante demostración de flexibilidad con la que consiguió la aprobación de los tres jueces, a excepción de Mejide, que aseguró que no creía que el contorsionista pudiese superarse. "Yo siempre dejo que mi madre decida por mí. No está aquí, pero aquí hay sangre de mi sangre. Este es mi hermano Nacho – cámara del programa-. Es la primera vez en quince años que coincidimos en un plató de televisión, así que vamos a hacer lo que tú digas", decía Dani Martínez antes de que su hermano apretase el botón dorado e hiciese que Papi Flex ganase una plaza asegurada en la semifinal.