Desde que el 13 de septiembre se convirtieran en marido y mujer, están viviendo un auténtico cuento de hadas. María García de Jaime y Tomás Páramo están encantados disfrutando de su luna de miel, durante la cual están recorriendo diferentes puntos de África. Un lugar que no han elegido al azar, sino que se trata de un destino muy especial para el influencer desde que estuvo haciendo allí un voluntariado con solo 16 años. Aquella experiencia le marcó y por eso ha querido ahora enseñarle a su esposa algunos de los rincones más bellos de este continente como Zanzíbar, Kenia....
África tiene un papel fundamental en la vida de esta pareja de influencers y por eso el continente fue un invitado más a su enlace. Cada una de las mesas en las que se sentaron los invitados tenían como nombre uno de los 54 países africanos, entraron al banquete al ritmo de un remix de la banda sonora de El Rey León, los regalos que dieron eran unos muñecos hechos a mano cuyos beneficios fueron a parar a una ONG que mejora la calidad de vida de esta región del mundo y, además, la camisa que llevó su hijo, Tomi, el único paje con el que contaron en la ceremonia, tenía estampado de diferentes animales a los que se puede divisar en un safari.
Sin embargo, no es África el denominador común de algunos de los momentos más importantes de María y Tomás, sino que lo que sirve de enlace entre su pedida de mano, su enlace y de su luna de miel es una canción: Life is beautiful (Beautiful that way), cuya letra dice "sonríe sin ninguna razón, ama como si fueras un niño, no escuches una palabra de lo que digan porque la vida es bonita de esa manera". Una inyección de optimismo y vitalidad que parece haberse convertido en el leitmotiv de la pareja.
La elegante y divertida fiesta de María García de Jaime y Tomás Páramo
Este tema de la cantante israelí Noa conecta estos tres destacados momentos ya que fue el que Tomás tuvo como banda sonora en Italia cuando a comienzos de año sorprendía a María en el jardín de los naranjos de Roma entregándole un anillo y preguntándole que si se quería casar con él. También apostaron por esta balada para el tradicional vals nupcial de su enlace y ahora han querido ponerlo en la soledad de la habitación del hotel en el que se alojan en Zanzíbar, donde, descalzos y con ropa cómoda, han vuelto a protagonizar un romántico baile.