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mila ximenez© Mediaset

Mila Ximénez recuerda los momentos más amargos de su vida en 'GH VIP'

La periodista 'se reconcilia' con Manolo Santana durante su encierro en Guadalix de la Sierra


Actualizado 25 de septiembre de 2019 - 8:17 CEST

La curva de la vida de Mila Ximénez ha sido una auténtica montaña rusa. La periodista ha querido sincerarse en Gran Hermano VIP y se ha enfrentado a algunos de los momentos más difíciles que ha vivido a lo largo de sus 67 años. La colaboradora de Sálvame empezaba a relatar su historia muy emocionada, mientras contaba que había tenido una infancia muy feliz, aunque más tarde la marcara la enfermedad de su madre. "Mi vida es muy larga, pero la han marcado 3 o 4 situaciones de picos muy altos y bajos. Tuve una infancia bonita, llena de recuerdos, con una madre dedicada absolutamente a mí y a mis cuatro hermanos y un padre trabajador que luchó para sacarnos adelante", explicaba.

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La curva de la vida de Mila Ximénez la marcan cuatro importantes sucesos y termina con la llegada de sus nietos, que le aportan la felicidad máxima

"Con 18 años conocí al primer amor de mi vida. Fue una relación muy complicada porque él tenía pareja. Fue un pico muy alto, nos vinimos a Madrid, era médico y fue una época bonita. Una noche me di cuenta de que esa relación era una tortura y empezó a tener picos de bajada en los que yo aguantaba porque realmente no tenía dónde ir. Él era mi casa, mi hogar y mi futuro. Una noche hizo algo que hizo que mi futuro se fuera al infierno", comentaba sin querer entrar en detalles de lo ocurrido. "Todo lo que había soñado y planeado había sido una pérdida de tiempo. Sucedió una noche. Parte de lo que pasó esa noche tuvo que ver más tarde con la aparición del padre de Alba. Y ahí mi vida empezó a subir y a subir, aunque no quiera hablar de él, pero mi relación con él fue maravillosa", añadía recordando a su exmarido, el extenista Manolo Santana. "Me estoy reconciliando con esa etapa de mi vida. Ambos veníamos de dos relaciones muy complicadas, pero ninguno de los dos estábamos preparados para ello. Creo que cometí el error de querer vivirlo todo estando con él. Me hacía sentir libre como un pájaro, pero no la gestioné bien", reconocía.

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"El nacimiento de mi hija Alba me llevó al cielo infinito. Pensé que eso era el tope y que iba a estar ahí siempre y me dediqué a ella y a la relación con su padre. De repente empezaron de nuevo los picos bajos y vi que la cosa no funcionaba y decidimos ambos separarnos. Fue un tiempo de tranquilidad, pero esa separación me llevó de nuevo al punto de partida. Empecé a no saber por dónde ir y perdí el timón de mi vida. Fueron casi diez años muy difíciles en los que pensé que no iba a levantar cabeza. Me propuse seguir adelante para luchar por lo único que me importaba. Poco a poco fui serenándome y me fui a Granada a vivir con mi hermana. No recuerdo nada de esos años. No sé muy bien cómo entré ni cómo salí, en ninguno de esos años fui feliz", relataba entre lágrimas recordando los años más amargos de su vida. "A veces no me valía la pena seguir viviendo, pero tenía que demostrárselo a mi hija. Si no hubiese tenido a Alba no estaría ya aquí, me habría dejado… No me interesaba nada la vida, no me habría autolesionado pero me habría dejado ir. Lo único bueno es que yo salvé una cosa muy importante que es la niñez de mi hija, que recuerda con mucha paz. Cuando ella venía a Madrid yo vendía cosas, relojes, pieles… para poder darle cosas a mi hija. Ella se dio cuenta en un cumpleaños porque le regalé un CD que regalaban con un cuento de Celia", comentaba recordando la crudeza de su pasado

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La periodista ha recordado los momentos más amargos de su vida y se ha venido abajo

"Cuando me llamó Raul Prieto para Aquí hay Tomate me salvó la vida. Ahí empecé a subir y a estar otra vez bien. Cuando estaba en Crónicas Marcianas, que mi padre detestaba, aún no estaba arriba. De repente, murieron mis padres con ocho meses de diferencia. Y no pudieron vivir mi parte buena. Ahí Alba se casó con David y el pico más grande de mi vida fue cuando nacieron mis nietos. Nunca he sido más feliz", añadía. "La felicidad era completa. Te vas a enfadar conmigo porque digo que era completa porque me estoy ahogando aquí. Y me pregunto que por qué tengo que cambiar las cosas. Todo estaba bien. Tenía trabajo, estaba bien y me pregunto constantemente por qué estoy aquí", comentaba antes de que el presentador le recordase lo agobiada que estaba en Sálvame y lo mucho que necesitaba salir de su zona de confort.

"Convivir con Hugo es muy difícil porque no tiene una estrategia con fundamentos. Es un pirao, es un perfecto desquiciado y es muy complicado. Él se piensa que fuera le están aplaudiendo por su comportamiento y se siente muy fuerte. Aun así estoy convencida de que cuando salga de aquí pensaré que esto ha merecido la pena. Creo que todo pasa por algo y que todo merecerá la pena", concluía.

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