Antonio David se enfrenta a 'la curva de la vida' de 'GH VIP' en un momento emocional delicado

El concursante revela entre lágrimas algunos de los capítulos más difíciles de su vida

Por Gtresonline

Antonio David se enfrentaba a 'la curva de la vida' en un momento complicado para él. El concursante de GH VIP 7 entraba en la sala de los recuerdos ligeramente sofocado por un incidente que acababa de vivir con Mila Ximénez. Su primera semana en Guadalix no está siendo fácil, algo que él mismo reconocía antes de enfrentarse, aguantando las lágrimas, al reto de sinceridad. "Aquí detrás hay mucha gente que me está ayudando y no puedo fallarles. Voy a enfrentarme a esto porque sé que esto es un programa de televisión", decía antes de empezar a sincerarse. "Me cuesta mucho abrirme, nada más que lo hago con mi gente y mis amistades. Para mí esto está siendo muy complicado porque lo necesitábamos en mi casa. Pero si llego a saber esto te juro que no hubiera venido", añadiría más tarde.

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"En mi curva de la vida están Juan y Luisa, mis padres. Mi padre era gitano, murió hace 5 años. Se casó con una mujer maravillosa que no lo era y de aquí nacieron 5 hijos, yo soy el pequeño. Cada uno de ellos tuvieron sus hijos y yo les he cuidado mucho, porque son bastante más mayores que yo. Somos muy familiares, en mi casa somos una piña", decía recordando los primeros años de su vida y los valores familiares que tanto recuerda.

"De mi primer matrimonio nacen mis hijos Rocío y David. Yo quería ser padre muy joven… Fui padre con 21 años y eso me cambió la vida. Éramos una familia muy mediática. Un guardia civil con la hija de una tonadillera… aquello era una bomba… Fui muy feliz con Rocío siempre, salvo los 2-3 últimos meses. Mi meta era tener una familia y vivir de la misma forma que vivimos mis padres y mis hermanos. Quería tener un hogar y tener una familia 'normal', dentro de que me había metido dentro de la casa de Rocío Jurado. Me casé joven y la tele de entonces no era lo que es ahora; al principio me superó un poco. Si no hubiéramos venido a vivir a Madrid a casa de mi suegra, que en paz descanse, creo que mi matrimonio se hubiera salvado. Creo que eso fue lo que nos separó. Pese a lo que se publicó y se habló, la abuela de mis hijos me adoraba y yo a ella también. Su abuelo también. El único problema es cuando vinimos a Madrid había demasiada gente. Ella empezó a recuperar un poco su vida, sus amistades, que eso no era malo, sino todo lo de alrededor. La prensa estaba todo el día en la puerta de casa y al final eso creo que complicó todo un poco y llegó a lo que llegó", explicaba entre lágrimas.

El colaborador televisivo se recuperaba ligeramente al hablar de su segunda mujer y madre de su hija Lola, a quien agradece su apoyo incondicional. "Yo quería criar a mis hijos e intentar tener una vida medianamente normal. La aparición de Olga para mí lo significó todo. La conocí a los 2-3 años de separarnos Rocío y yo. Olga fue mi bastón de apoyo, una pieza fundamental en mi vida. Lola Flores, mi tercera hija, ha sido la que ha salvado mi casa. Nos ha salvado a todos. Nos ha devuelto la felicidad. Fueron unos años muy difíciles".

Por otro lado, el ex guardia civil recordó brevemente lo difíciles que fueron los años de pleitos que tuvo con Rocío Carrasco. "Pasar 18 años de juicios no es fácil. El peor día de mi vida yo estaba en el juzgado por una denuncia de mi exmujer. Terminé de declarar y vino una funcionaria de Violencia de Género y me dijo que la acompañase a arriba. No recuerdo bien si fue un jueves o un viernes. Vinieron dos guardias civiles y pensé que el fin de semana iba a dormir en el calabozo. En ese momento hubo un antes y un después en mi vida. Pensé que esa iba a ser mi sentencia definitiva. Rellené papeles que ya no sabía ni lo que firmaba. Cuando salió la juez me preguntó y me dijo que mi exmujer me había puesto una querella criminal por maltrato físico y psicológico. A partir de ahí los últimos 2-3 años han sido muy difíciles. No he trabajado y me ha debilitado mucho emocional y psicológicamente", explicaba entre sollozos.

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Mientras tanto, su hija Rocío Flores escuchaba atenta desde plató, donde, a pesar de haber derramado alguna que otra lágrima, terminó recuperándose y creyendo firmemente en el poder de resiliencia de su padre: "Creo que él pensaba que estaba en su peor momento, pero una vez que ha echado todo lo que tenía dentro se va a venir arriba y esto va a ser un momento puntual".