Bertín Osborne se ha desplazado hasta Cantabria para entrevistar a Miguel Ángel Revilla en un nuevo episodio de Mi Casa es la Tuya. El presidente de la comunidad autónoma y el presentador han recorrido juntos unos 200 kilómetros mientras el político enseñaba al presentador algunas de sus zonas favoritas de la región. En lugar de realizar el programa en su casa, como habitualmente ocurre con otros invitados, Miguel Ángel y Bertín realizaron un tour turístico por algunas de las zonas. Su primera parada fue en el mirador de Cruz de Cabezuela, donde se erige una estatua que simboliza el encuentro entre un lebaniego y un purriego, habitantes del municipio de Poblaciones (en la que se encuentra Salceda, de donde es Revilla). "Aquí van a tirar mis cenizas. Me van a incinerar y me van a traer un 25 de julio, el día del patrón de Salceda", comentaba al poco de iniciar su charla con Bertín.
"Ese día los niños jugábamos y se mataba un cordero. No importa cuando me muera pero tiene que ser ese día y tendrá que ser a las 2 de la tarde, que venga algún gaitero y que se haga una pequeña fiesta familiar y, con una placa que yo dejaré escrita, con el texto pensado, la colocarán aquí", decía mientras revelaba su lugar en el que quiere ser enterrado. "Te voy a poner en un compromiso. Los hombres morimos en España a os 82,4 años. Yo voy a cumplir 77, me quedan 6 'añucos'. ¿Tú vendrías ese día? No traigas comida porque la gente la traerá. Pero, ¿vendrías a cantar un par de rancheras? Si te comprometes te aseguro que ese día aquí vendrá gente. Si tú vas antes que yo, como canto peor les doy un mitin", bromeaba antes de que el presentador aceptase.
"Vengo aquí una vez al mes y me pongo a pensar. Si hace bueno puedo tirarme 3 horas. Aquí reflexiono, tomo decisiones", añadía. "El primer plátano lo comí a los 11 años", comentaba el presidente recordando la primera vez que probó este fruto, que fue en el año 53 durante una visita de Franco a Santander. "Aquí no pasábamos hambre, pero sí había necesidad. Al nacer aquí aprendes la solidaridad con mayúsculas. Éramos muy pocos, pero cuando ocurría una catástrofe, que era se despeñase una vaca, los niños deseándolo porque había carne. Entonces, cada vecino se hacía cargo de una parte de la vaca y lo pagaba en dinero o en especie. Como no había guardia civil ni nada, había un señor mayor; aquí era el tío Federico. Él decidía todo", añadía recordando los primeros años de su vida. "Recuerdo con una tristeza enorme mudarme a Santander. Yo llegué allí hablando con la 'u'. Los niños se reían de mí por mi forma de hablar", confesaba.
Uno de los momentos más emotivos de la entrevista fue cuando Revilla recordó a su hermano Jaime, fallecido en un accidente de tráfico: "Mi hermano Jaime está presente en mi vida siempre. Se mató con 30 años. Yo lo cambiaría todo, la presidencia y todo lo que pudiera conseguir incluso por Cantabria, porque mi hermano estuviera vivo", afirmaba emocionado mientras decía que le entristecería mucho visitar la casa en la que se crio por miedo a recordar.
Llegada la hora de la comida, Revilla llevó al cantante a Cabo de Ajo para pescar. "Aquí si queríamos comer teníamos que ganárnoslo y eso es lo que vamos a hacer hoy", decía antes de llevarle de pesca. Después de conseguir dos peces, una lubina y un jargo, fueron a cocinarlos a casa de unos amigos del político. "La gente tiene que saber del presidente de Cantabria lo que hace por la mañana, por la tarde y por la noche", decía antes de comer haciendo referencia a su política de transparencia. El líder de Cantabria auguró, pues el programa se grabó hace meses, que en un 80% de probabilidades se iban a repetir las elecciones y, además se atrevió a determinar el futuro de los partidos en las urnas. Además, el cántabro también comentó una anécdota que vivió con el rey emérito, a quien invitó a comer e intentó engañar con un vino de de muy mala calidad. "No quiso ni probarlo, quería el otro que había en la mesa, que era su favorito", decía explicando que don Juan Carlos pidió que le metiesen la botella en el coche y que ya lo probaría en su casa.
"Por amor a Cantabria he renunciado a la pesca. Tenía un barquito y los viernes, cuando salía del barco me iba a echar el día a la mar. Tuve que darme de baja en el club marítimo y solo he ido una vez más. Nadie me ha obligó a renunciar a ello, pero estoy orgulloso de lo que he conseguido", comentaba más tarde. "Ya que has venido hasta aquí te voy a dar una exclusiva. En España no se elige presidente y es un gran fallo. La democracia perfecta sería que se votase por persona, aquí se vota por diputado. Si yo te enseño los cientos de cartas de gente de fuera de Cantabria que me dice que no ve mi papeleta... Si el voto fuese personalizado y tuviese diez años menos, me presentaba a la presidencia de España", decía antes de concluir la entrevista y otorgar al presentador una insignia con forma de corazón con los colores de Cantabria.