El nuevo y esperado proyecto de Miguel Ángel Silvestre llegará este viernes a Movistar+. En el Corredor de la muerte es la nueva mini serie del intérprete español, que se meterá en la piel del preso español-americano Pablo Ibar, condenado a pena de muerte – que hace unos meses se rebajaría a perpetua- por un triple asesinato que supuestamente no cometió y que tuvo lugar en Florida en el año 1994. Con motivo del inminente estreno, el aclamado actor ha visitado este martes el plató de El Hormiguero, donde se ha divertido con las hormigas Trancas y Barrancas, disfrutado de los experimentos y juegos que ha preparado el programa y hablado de lo que ha supuesto para él este nuevo trabajo. En plató también se encontraban su hermana y sus sobrinos, a quienes durante un momento del programa lanzó unos caramelos coreanos que llevó una de las colaboradoras. "Mis sobrinos son muy fans tuyos y querían venir a conocerte", decía el intérprete a Pablo Mótos.
"Es un caso que habla de lo mal que funciona el sistema judicial y también de todas las contradicciones y manipulaciones que ha habido para que este chico que no cometió este asesinato y de lo que no tienen ninguna prueba siga viviendo esta injusticia. Yo no soy vidente, no sé lo que pasó exactamente pero después de haber hablado con Nacho Carretero y de ver todas las contradicciones que ha habido en los juicios y manipulación pruebas, de haber leído todo lo publicado y visto todos los vídeos creo firmemente en la inocencia de Pablo Ibar", comentaba explicando lo mucho que se había documentado para dar vida a este personaje. "No creo en la pena de muerte, y creo que eso es muy importante, si quieres contar una historia teníamos que estar todos en el mismo tren. Ojalá se haga justicia. Después de todas las contradicciones… un miembro del jurado que le condenó culpable dijo que había sufrido presiones para declararle culpable. Creo firmemente en su inocencia", añadía.
"En los juicios lo que más importa es el ADN. En el asesinato encontraron el de 5 personas, el de los dos asesinos y de las tres víctimas. Ninguno era de Pablo. Un día Nacho Carretero me enseñó una imagen en la que se puede ver a dos hombres completamente diferentes y eso fue lo que me llevó a aceptar el papel", decía mientras continuaba rebatiendo los motivos por los que piensa que Ibar fue injustamente condenado. "Pablo Ibar ha tenido la mejor y peor suerte del mundo. La peor ya sabemos la que es, la mejor es una historia de amor. Una mujer con la que llevaba solo seis meses y que se encontraba con él durmiendo el día de los asesinatos. Es una historia preciosa, se casan en la cárcel. Tiene un tono muy sobrio y áspero pero es preciosa. Ella se llama Tania Quiñones y va todos los sábados a verle. Hace 9 horas en coche para verle cada semana, después de 25 años", relataba.
El actor reveló también que para documentarse y afrontar mejor el proyecto quiso ponerse en contacto con el preso y con sus familiares, aunque finalmente no pudo hacerlo: "Era un momento muy sensible con el tema de la familia porque estaban en pleno juicio. Mi madre me dijo que no contactase con ellos. El otro día, haciendo la rueda de prensa en el FesTval de Vitoria, conocí al padre de Pablo Fue un acto de muchísima generosidad, para mí él es una inspiración y el ejemplo de lo que un padre puede hacer por un hijo. Sentí muchísima admiración por él".
Por otro lado, Miguel Ángel confesaba algunos de los detalles de su personaje de En el corredor de la muerte, para el cual necesitó imitar el acento cubano. "Al principio me costó mucho. Estuve varios días en Cuba con la actriz que hace de mi madre en la serie. Luego durante las grabaciones también había un cubano que me iba corrigiendo el acento. Llegó un momento en el que empecé a estar cómodo y hablaba a todo el mundo en cubano, salvo a Álex de la Iglesia, que me propuso 30 monedas. Llegó un momento en que se convirtió en una realidad y dejó de ser un juego. Mi representante me dijo que ni se me ocurriera hablarle en cubano y así fue. Me contrató, pero le hablé con acento español".
Además, durante la entrevista, el actor reveló algunas intimidades de su vida personal, gracias a las preguntas cotidianas que le hicieron las hormigas. Así, el interprete confesó que cuando se lavaba los dientes a veces salpicaba el espejo, que no ponía pastillas antical en la lavadora y que se le había roto el microondas hace nueve meses y aún no lo había arreglado. Miguel Ángel desveló que también apuraba las últimas gotas de gasolina de la manguera en las gasolineras, que se 'colaba' por las calles prohibidas en los párkings si había visto un sitio o que había perdido a sus novias en los supermercados en más de una ocasión.