José Ortega Cano se sincera con Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'

El diestro abre las puertas de su casa madrileña y relata algunos de los capítulos más importantes de su vida

Por Gtresonline

Bertín Osborne regresa un año más con una nueva temporada de Mi casa es la tuya. El cantante y presentador ha empezado el nuevo curso acudiendo a casa madrileña del diestro José Ortega Cano, donde han podido hablar de algunos de los episodios que marcaron su infancia, sus inicios en el mundo del toro, los grandes hitos de su carrera y los momentos más importantes de su vida a nivel personal. "A lo largo de mi vida, desde que empecé a ser torero y a darme a conocer, la verdad es que nunca he hecho ninguna entrevista como la que vamos a hacer", comentaba el cartaginense antes de recordar sus primeros años de vida en Murcia con sus padres. "Mis padres tenían una tienda de ultramarinos y les iba muy bien hasta la posguerra, que tuvieron que cerrar. Éramos cinco hermanos, allí se quedaron los mayores con mis abuelos y yo me vine a Madrid con ellos", añadía.

"Empecé a torear a un pastor alemán que se llamaba Tarzán. Fui a ver una corrida con mi padre (…) en ese momento supe qué quería hacer y cómo podía solucionar la vida a mi familia", comentó revelando cómo descubrió a lo que le gustaría dedicarse. "Los primeros años fueron duros. Los diez primeros toreaba muy poco. A lo mejor el domingo estaba toreando y luego me ponía a vender melones con mis padres. Pensé en dejarlo después de una actuación en Madrid, se lo dije a mi madre, que iba a dedicarme a vender fruta y ella me dijo que le daba una alegría muy grande pero que la fiesta de los toros se iba a perder a un torero muy grande. Con sus palabras me quise comer el mundo, a partir de ahí no paré", explicaba. El viudo de Rocío Jurado reveló durante el programa lo mucho que había significado para él la cantante en su vida, a quien conoció por casualidad en una consulta médica. Ortega Cano reveló que lo suyo fue un flechazo a primera vista y que su muerte dejó un gran vacío en su vida. La conocí en la calle Serrano. Ella iba paseando con su madre. Cuando me di cuenta quién era me toda la tarde persiguiéndola. Y me vio y me dijo que si quería un autógrafo o algo. No le dije nada, me daba corte. Luego la conocí en la consulta médica del doctor Mariscal, él nos presentó. Nos enamoramos desde el primer momento en que nos vimos", decía.

"Cuando murió cogí un bajón tremendo y la fe fue lo que me hizo seguir adelante, porque quería morirme, igual que ella", explicaba. "Rocío era una persona de lo más normal. Familiar y sencilla. No parecía que fuese una artista o una diva, solo lo era cuando se subía al escenario. Le gustaba mucho la cocina, estaba muy pendiente de la casa y de sus hijos. Al principio iba a verme torear, pero luego lo dejó porque sufría mucho porque tuve 32 o 33 cornadas, 2 de ellas muy graves, decía recordando a La más grande. "Fue muy difícil adaptarme a estar sin ella. Un día cogí, hice las maletas y me fui con los niños a Sevilla porque era muy duro estar aquí sin ella. Perdí el rumbo de mi vida, me dio por beber. No coordinaba, me faltaba ella".

Tras la muerte de la cantante, Ortega Cano pudo rehacer su vida con Ana María Aldón, con quien tuvo un niño que ahora tiene 6 años. Sin embargo, la bebida continuaba en su vida y terminó con el que probablemente haya sido el capítulo más difícil de su vida. "Estaba muy cansado, me debió de dar un vahído y ya no me acuerdo de más. Cuando me desperté estaba fatal. Cuando me enteré que había muerto una persona me quise morir yo. Me arrepentí, le pedí perdón a la familia y cumplí mi condena", explicaba. La esposa del torero habló de lo mal que lo pasó para hacer frente al juicio público que se le hizo por ser su pareja, asegurando que "fue muy duro" verse sola con un niño de un año en esa situación. Además, la modista reveló detalles de cómo se conocieron y reconoció ser fan de la música de Rocío Jurado. "La familia de Rocío siempre me ha tratado genial", decía. 

Gloria Camila, que se acercó a comer con ellos, también habló de la relación que mantenía con sus padres, de la complicidad que existe ahora con la mujer de su padre y de lo mucho que adora a sus hermanos. Sobre José Fernando explicó que tiene "un corazón muy grande", pero que se deja llevar demasiado, mientras que el pequeño José María - que más tarde se unió a la mesa- era una auténtica alegría para ela. "No me acuerdo ni de cuándo me enteré de que era adoptada. Hasta que no murió mi madre yo no tenía casi uso de razón. Pasaron dos años hasta que me di cuenta de que me faltaba una madre. Yo ocupaba el lugar de mi madre para que mi padre no durmiese solo, porque él se pasaba todo el día llorando. Era una pena andante. Iba con él a eventos para que no fuese solo y ahí me di cuenta de lo que suponían mis padres para el mundo. Nos hizimos uña y carne, para mí mi padre es superimportante", revelaba la joven, que también hizo un repaso de su paso por el concurso Supervivientes 2017, que realizó con Kiko Jiménez, que aún era su pareja cuando se grabó el episodio de Mi casa es la tuya.