A la espera de conocerse el informe preliminar que resuelva todas las incógnitas que rodean la muerte de Blanca Fernández Ochoa, su familia ya ha comenzado los trámites para dar el último adiós a la esquiadora, cuyo cuerpo era encontrado sin vida este miércoles en la sierra de Guadarrama tras cuatro días de intensas labores de búsqueda y once días desaparecida. Olivia y David, los hijos que tuvo la deportista con David Fresneda, tienen la intención de incinerar el cuerpo de la madrileña.
La fecha concreta para esta cremación se desconoce ya que, tal y como indica Europa Press, todo depende de la decisión del juez instructor del caso tras la autopsia que se le está realizando desde la tarde del miércoles en el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde el cuerpo de la hermana de Paco Fernández Ochoa podría quedarse hasta el sábado si se cree conveniente realizarle pruebas forenses y toxicológicas adicionales. Dependiendo de la decisión del juez, el cuerpo será trasladado a un crematorio cercano, previsiblemente el de Pozuelo de Alarcón, o será enterrado temporalmente.
Sea cual sea la decisión que tome el juez, los Fernández Ochoa, que han participado activamente durante los cuatro días en los que se ha extendido la búsqueda de la deportista, tendrían previsto reservar una sala del tanatorio municipal de Cercedilla para que pueda ser velado el cuerpo. Su intención es que tanto ellos como otros allegados, amigos y vecinos puedan despedirse de la medallista olímpica en esta localidad que vio crecer a Blanca, quien se desplazaba con frecuencia a esta localidad para disfrutar de la montaña.
La empresa de servicios funerarios Albia, con la que colaboraba en causas solidarias la exesquiadora, se ha hecho cargo de forma altruista de todos los gastos derivados del sepelio.