Tras un altercado doméstico en el que su padre Jamie se enfrentó a su hijo Sean, Britney Spears perdió la custodia compartida de sus hijos que hasta entonces tenía acordada con su exmarido, Kevin Federline. El bailarín solicitó ante el juez la modificación de las condiciones de custodia, por lo que la artista solo podrá pasar con sus hijos cerca de un 10% del tiempo. Lo ocurrido, tal y como fuentes cercanas a la intérprete han contado a People, ha provocado que esta se enfade con su padre. “Los dos hijos de Britney están muy bien educados y se portan muy bien. Lo que ocurrió entre Jamie y Sean fue desafortunado y no estuvo bien” señalan dichas fuentes, que explican que Sean se encerró en una habitación tras negarse a hacer algo que le había mandado su abuelo.
Este se enfadó y abrió la puerta de un golpe, produciéndose el contacto físico que hizo que Sean “se asustara y se enfadara” narran las mencionadas fuentes, que añaden: “Britney se enfadó también y puso fin a la visita a su padre”. “Ella no podía creer que Jamie pusiera en riesgo así su relación con sus hijos. Siempre tuvo miedo de perder la custodia”. Algo que desafortunadamente ha pasado.
El abogado de su exmarido Mark Kaplan comentó que fue tras conocer este conflicto entre Jamie y Sean cuando Kevin Federline decidió presentar ante el juez la petición de modificación de la custodia de sus hijos. Añadió que la cantante “actuó bien” cuando decidió sacar a sus hijos de la casa de su padre después de lo que pasó. A pesar de estos cambios en la custodia y de que las visitas de Britney a sus hijos serán supervisadas, Federline no quiere que los niños pierdan el contacto con la cantante. Esta, en la última publicación que ha compartido con sus seguidores, no hace referencia al tema, mostrando únicamente su cambio de look: ha oscurecido el tono de su pelo inspirada por su hermana.