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Big Little Lies se ha convertido en una de las series del momento. La ficción protagonizada por Reese Witherspoon (Madeline Martha Mckenzie), Nicole Kidman (Celeste Wright) o Shailene Woodley (Jane Chapman) entre otras, está basada en el libro homónimo escrito por Liane Moriarty. Aunque en un principio estaba previsto que solamente se rodasen los siete primeros capítulos, a principios de este verano HBO lanzaba una segunda y exitosa entrega que volvía a hacer las delicias de sus fans. Las tres protagonistas viven en Monterrey, California, aunque la serie fue grabada en Malibú. Allí se encuentran las espectaculares mansiones en las que residen sus protagonistas y, concretamente en la de Reese Witherspoon, podrías vivir una temporada porque está en alquiler.
Disfrutar de unos días de lujo y relax a orillas del Pacífico al más puro estilo Big Little Lies es posible gracias a la Malibu Luxury Vacation Homes, que cuenta con la propiedad entre su cartera de casas vacacionales. Una villa de aproximadamente 550 metros cuadrados en la que se distribuyen la casa principal y una para huéspedes de menor tamaño. En la primera es en la que la familia Mckenzie reside durante las dos temporadas de la serie, aunque la propiedad también ha servido como escenario de la famosa producción de Disney protagonizada por Miley Cyrus, Hannah Montana.
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El inmueble se encuentra distribuido en dos plantas decoradas en tonos blanco y aguamarina. Una casa imperial que recuerda a las de Cabo Cod, donde la madera y los acabados naturales se mimetizan con la última tecnología, presente en cada una de las estancias. Vistas al océano y playa privada de casi 30 metros son algunos de los grandes reclamos de esta propiedad de Malibú, que tiene capacidad para 12 huéspedes.
Espacios abiertos para hacer vida en familia, jacuzzis, chimeneas y una cocina con barra americana que, como en casi todas las estancias de la casa, permite una amplia vista panorámica del mar. 6 dormitorios, 7 baños, sauna, vestidores para él y para ella, patio privado, cochera cubierta, bodega… Sin duda, un lugar para desconectar y despreocuparse de todo gracias a las infinitas comodidades que ofrece. El único inconveniente es su precio, pues la villa se alquila por entre unos 3.000 dólares (2.700 euros) y 5.000 (4.500 euros) la noche.
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