La temporada taurina de Cayetano Rivera es intachable: ha triunfado en San Fermín y acaba de salir a hombros de la plaza de Málaga. Sin embargo, su mejor faena "nunca llega", según ha dicho en una entrevista concedida a El Mundo. "Mi abuelo decía que nunca había logrado hacer su faena soñada, y fíjate que fue considerado maestro de maestros. Hay que salir al ruedo a dar lo mejor de ti", declara. El torero ha charlado con este medio en El Recreo de San Cayetano, Ronda, el lugar que vio nacer a Antonio Ordoñez y alberga las cenizas del director de cine Orson Welles. Para el diestro, el valor sentimental de esta finca supera el histórico y por eso sigue estando en el centro de los momentos clave de su vida, como el bautizo de su hijo Cayetano.
A lo largo de la entrevista, Cayetano habla de su trayectoria profesional, un tanto atípica, ya que decidió estudiar antes que torear, pero también de la familia que ha formado con la presentadora Eva González. Hace unos días, le veíamos jugando con su hijo a la hora del baño, porque el diestro, tal y como ha explicado su mujer en más de una ocasión, está exactamente igual de implicado que ella en el que cuidado del pequeño. "Me encanta pasar tiempo con mi hijo. La comida me cuesta un poco más, no es mi fuerte; soy un blando y en cuanto no quiere más, lo dejo, pero cambio pañales, le doy el baño y soy feliz así", confiesa.
El torero y la presentadora se apoyan en sus respectivas profesiones y eso les ayuda a poder conciliar el trabajo con la crianza de su hijo. "Eva en invierno pasa más tiempo fuera de casa que yo, pero ahora en verano soy yo el que pasa mas tiempo fuera. Casi somos una familia por turnos, pero es lo que hay", reconoce.
Esta tarde, el diestro torea en Bilbao y sabe que con su edad, 42 años, la retirada está cada vez más cerca. "Tengo claro que la próxima vez que me retire de los ruedos será la definitiva. Es una decisión muy difícil. A mí no me queda mucho, aunque todavía no he decidido cuándo", asegura.
Cayetano y la fama
Cayetano también ha contado a El Mundo cómo lleva eso de ser un personaje conocido. "Cuando alguien se acerca a saludarte con cariño, admiración y respeto, es muy bonito y te da satisfacción. Pero por desgracia hay gente que defiende que por ser famoso no tienes derecho a tener vida privada y te asalta en cualquier lugar. Son las dos caras de la misma moneda", manifiesta. Con la edad ha sabido lidiar con la fama, pero recuerda que cuando falleció su padre, el inolvidable Paquirrí, "sufrió mucho ese acoso" de los paparazzi. "Fue lo que hizo que mi madre decidiera trasladarnos de Sevilla a Madrid. Pensó que en una ciudad más grande pasaríamos más desapercibidos y podríamos llevar una vida más normal", cuenta.