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El final de Juego de Tronos no dejó indiferente a nadie. Meses después de que HBO emitiese su último capítulo, la ficción creada por George R.R. Martin continúa dando de qué hablar. El último en volver a poner el tema sobre la mesa ha sido, precisamente, el actor que daba vida a uno de sus protagonistas principales, Jon Snow. El desenlace argumentativo de la serie en general, y del personaje interpretado por Kit Harington en particular, no convenció a buena parte de los espectadores. No obstante, él se siente plenamente satisfecho.
"Me encantó el final. Cuando lo leí me hizo llorar. Bueno, lo que realmente me hizo llorar fue leer en el papel 'Fin de Juego de Tronos'. Y en cuanto al final de Jon Snow, ese personaje que amé durante tantos años, con el que he crecido tanto y que había significado tanto para mí… verlo caminar más allá del muro, hacia algo verdadero, hacia algo honesto, puro, con el pueblo libre, que me había dicho siempre que debía estar con ellos… me sentí como si finalmente fuese libre. En lugar de verme encerrado y enviado al Muro, sentí que me estaban dando la libertad. Fue un final muy dulce. Después de todo lo que había hecho, de todo el dolor que había sentido, el final real para él era la libertad", comentaba hace unos días para el portal Hollywood Reporter.
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El intérprete, que se encuentra nominado al Premio Emmy a Mejor Actor en la categoría de Serie Drama, también habló del comentado desenlace de Daenerys Targaryen y de la sorpresa que se llevó al leer el guion. "No me enteré hasta el momento la mesa de lectura. No quise leer los guiones para no enterarme de nada y, de camino a la lectura Emilia (Clarke) me advirtió de que me iba a llevar muchas sorpresas. No me di cuenta de lo que realmente iba a pasar hasta que no estuvimos sentados leyendo y faltaba media página para que la matase. Entonces fue como, ¡no, no, no!... Recuerdo que me quedé con la boca abierta, mientras Emilia asentía con la cabeza al otro lado de la mesa. Yo estaba absolutamente sorprendido, fue todo un shock", explica.
Sobre cómo grabó esta triste escena, Kit la recuerda "como un infierno": "Sentíamos que teníamos una gran responsabilidad sobre ella. Grabamos un infierno fuera de él. Era esencialmente una página y media de diálogo, y pasamos tres semanas filmando. Querían grabarla desde todos los ángulos posibles, captar todos los sentidos, para asegurarse de que lo conseguían de la manera que querían. Cuando estás rodando la misma escena durante dos semanas y es una página y media, se convierte en un largo ejercicio de concentración. Tienes que tener siempre la misma energía y ser consistente. En una escena de gran carga emocional como era esa… Era demasiado, para todo el mundo, para el equipo, para Emilia y para mí. Fue agotador. Es una de las escenas más difíciles que rodamos".
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