El pasado viernes, Miley Cyrus volvía a ser el centro de atención de todas las miradas gracias al lanzamiento de su último single Slide Away, canción que ha avivado más si cabe el fuego de su reciente ruptura con Liam Hemsworth. En ella, la cantante desgranaba uno a uno sus pensamientos y sentimientos, explicando frase por frase qué estaba pasando por su cabeza. A sus fans no les ha quedado ninguna duda de que se trata de una despedida hacia el que ha sido su esposo durante los últimos meses, aunque la artista no ha confirmado nada. En ningún momento los protagonistas de la historia han hablado de divorcio, si no de separación, dejando la puerta abierta a una reconciliación. Todo ello en medio de las polémicas vacaciones en Italia de la ex chica Disney con la influencer Kaitlynn Carter y de los rumores de que la familia del actor prefiere que la pareja esté cada uno por su lado. En este panorama, aparece la nueva balada de Miley que no ha dejado indiferente a nadie.
Slide away ha sido el estreno musical del pasado fin de semana. Muy diferente a las últimas canciones que ha presentado Miley Cyrus, como Mother´s Daugther, ésta muestra un tono más relajado y melancólico, de nuevo más maduro dentro de la dualidad de personalidades que muestra la artista. El sencillo no tiene aún videoclip, simplemente una imagen en la que flotan pastillas y botellas de alcohol sobre el agua. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que a tan solo dos días de su presentación supere los cuatro millones de reproducciones en un fin de semana lleno de competencia con los lanzamientos de Lover de Taylor Swift y Motivation, el debut de Normani. ¿Las reacciones? Muchas y para todos los gustos, aunque la mayoría alaban el nuevo trabajo de la estadounidense y entre sus comentarios de enhorabuena se encuentran algunos de compañeros de profesión como Jessie J.
Miley Cyrus, la historia de la niña mala de pop
La trayectoria de Miley Cyrus ha estado marcada por la polémica desde que dejase atrás su personaje de Hannah Montana, cuando decidió desligarse de su papel de niña cándida fruto de la factoría Disney comenzó a actuar de manera rebelde. Fotografías provocativas y malos hábitos eran frecuentes entre sus redes sociales. ¿Dónde estaba la tierna Miley? Desde luego no haciendo tweerking junto a Robin Thicke en el escenario de los MTV VMA? Sin embargo, la popularidad de la artista crecía como la espuma y canciones como Wreacking Ball se convirtieron en todo un fenómeno mundial. Poco a poco, el tiempo pasó y la rebeldía adolescente se fue, dando paso a una Miley más madura, más segura de sí misma y más calmada al ritmo de Malibú. Así anunció que había retomado su historia de amor con Liam Hermsworth, que terminó en matrimonio.
Pero algo ha cambiado. Estos últimos meses la Miley 'descarada' ha vuelto a dejarse ver en redes sociales, dando protagonismo a la apología a las drogas y contenido lleno de metáforas sexuales en el anuncio y presentación de sus tres EP She is coming, She is here y She is everything, de los cuales sólo se conoce el primero. Casualidad o no, la faceta alocada de la artista vuelve a coincidir con una etapa revuelta en el terreno personal, en una dualidad de carácter para una misma estrella que lo mismo muestra una Miley Cyrus como la niña buena del pop o la más anti normas de la escena musical. Ahora parece que es el turno de la segunda