Ibiza es uno de los destinos turisticos más codiciados y por sus playas han pasado ya multitud de celebrities. La última ha sido Irina Shayk, que en su primer verano tras separarse de Bradley Cooper ha decidido perderse por las aguas cristalinas de la isla con su hija Lea y unos amigos. Pocas cosas hay más relajantes que un paseo por el mar, por lo que la modelo no ha dudado en subirse a bordo de una embarcación para disfrutar de los baños y de los juegos al sol en cubierta, con los que la niña, que no se despegaba de su flotador de Nemo, parecía divertirse mucho más.
Mientras Irina lucía un tipazo impresionante con un bikini negro con estampado de flores, Lea se protegía de los rayos UVA con un mono azul y rosa con un pequeño volante en los puños. Como toda seguridad es poca, además la pequeña, de dos años, contaba con la ayuda de un flotador con la imagen del pez de dibujos animados Nemo para enfrentarse a la inmensidad del mar, algo que no parecía hacerle mucha gracia. En las imágenes podemos observar como se refugia con cara de pocos amigos en los brazos de su madre o de los amigos que las acompañan ante la perspectiva de darse un chapuzón.
Sin embargo, hay algo que le encanta y es que Lea ha descubierto que no es necesario sumergirse en el Mediterráneo para refrescarse un poco. La manguera se ha convertido en su mejor amiga y la niña se desternilla de la risa cuando comprueba cómo el chorro de agua le alivia el calor. La que no se resistía a nadar en las cristalinas aguas ibicencas era Irina que de un salto se lanzó al mar a darse un refrescante baño ante la atenta mirada de su hija que no le quitaba ojo desde la embarcación. Madre e hija pasaban así una divertida jornada marinera que concluía ya en tierra y con otra indumentaria. La modelo rusa llegaba a la playa con un conjunto de falda y top negro y dorado, mientras que la niña llevaba un bañador de rayas blancas y azules y unos simpáticos limones.
Aunque este verano no es facil para Irina ya que apenas han pasado tres meses desde su separación de Bradley Cooper, lo está aprovechando al máximo y sobre todo disfrutando de su hija, la mejor para arrancar una sonrisa tanto a su madre como a su padre. Desde su ruptura, además de volcarse en su trabajo, la modelo se ha dedicado en cuerpo y alma a su pequeña. La hemos visto en innumerables ocasiones disfrutando de su compañía y regalándonos imágenes de lo más entrañables: jugando en el parque, tirándose por el tobogán, correteando, paseando por la Gran Manzana con looks similares y ahora navegando por Ibiza. Además, Irina también ha pasado tiempo con su madre, Olga Shaykhlislamova, que está siendo uno de sus grandes apoyos en estos momentos.