El plató de los Informativos de Telecinco fue testigo de las primeras tomas de contacto entre Sara Carbonero e Isabel Jiménez, quienes han pasado de ser compañeras a considerarse la una a la otra parte sus respectivas familias. Entre ellas existe una amistad muy especial de la que han vuelto a hacer gala durante este fin de semana, cuando la andaluza ha hecho una breve escapada a Corral de Almaguer, el pueblo natal de la mujer de Iker Casillas, que está allí disfrutando de una escapada estival antes de retomar su rutina habitual en Oporto.
"Lo que yo te quiero, comadre", le decía Sara a Isabel, quien ha viajado hasta este bonito rincón manchego junto a su hijo, Hugo, un niño que se ha convertido en el auténtico protagonista del fin de semana. Y es que no solo ella se ha deshecho en mimos con el bebé, al que ha definido como "el ahijado más guapo y bueno del mundo", sino también Martín y Lucas, que se han mostrado muy atentos y cariñosos con su 'primito', que ha cumplido ya cuatro meses.
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Isabel intenta pasar el máximo tiempo posible con su amiga en esta etapa tan complicada para la periodista, quien ha dado una gran lección al sacar la parte posiriva de la adversidad. "De repente las cosas más cotidianas y banales del mundo han dejado de serlo para convertirse en instantes únicos y mágicos, muchos problemas se han ido de golpe. Siento a mi gente más cerca que nunca y me estoy riendo, creo que como jamás antes lo había hecho", explicaba en redes sociales.
Cuando Sara fue operada de un tumor en el ovario a finales de mayo, Isabel estuvo a su lado en todo momento en el hospital junto a la madre y a la hermana de su amiga. Ahora que la mujer de Casillas está en pleno proceso de recuperación, le muestra igualmente su apoyo incondicional siguiendo su evolución muy de cerca y con gran optimismo. Además, Jiménez también voló con premura a Portugal nada más enterarse de que el marido de su amiga había sufrido un infarto mientras entrenaba con su equipo.
Isabel y Sara, una amistad más allá de las pantallas
Sara e Isabel no solo son amigas, casi hermanas, sino también socias. Ambas están al frente de Slow Love, una empresa textil que parece haberlas unido aún más. "Al principio me daba miedo meterme en esta aventura con una amiga, pero lo hemos llevado fenomenal. Cada una tiene su rol, somos muy complementarias y nos escuchamos mucho. Si hemos llegado hasta aquí, ya nada puede salir mal, y si sale mal pues por encima de todo está la amistad, lo demás es secundario", aseguraba la compañera de David Cantero.