El verano de Paula Echevarría está siendo de lo más ajetreado. Entre escapadas y compromisos profesionales, la actriz disfruta de la playa y de la compañía de su novio Miguel Torres y su hija Daniella. Tras unos días en la costa gaditana con el futbolista, que hace unas semanas comunicó su retirada de los terrenos de juego, Paula se unió a sus compañeros para grabar el final de la serie Velvet, en la que comparte escenas con Miguel Ángel Silvestre y Marta Hazas, entre otros. Una nostálgica despedida tras la que ha vuelto a hacer las maletas para descubrir otro rincón europeo con un singular encanto: Nápoles.
La artista ha mostrado un par de instantáneas de la ciudad italiana, en las que incluye algunas palabras en el idioma del país para desear las buenas noches y contar que está de vacaciones. “Vacanze in Italia” escribe la artista. Ha compartido además uno de los primeros planes de esta nueva escapada: un baño en unas aguas verde esmeralda espectaculares (puede que sea en la cercana costa amalfitana), que escenifican la absoluta felicidad, ella misma utiliza esta palabra. “Felicitá”, lo que ha sido muy aplaudido por sus incondicionales, que le lanzan todo tipo de piropos.
Miguel Torres no aparece en las imágenes, así que quién sabe si la habrá acompañado en esta nueva etapa del verano. Sí estuvieron juntos en Sancti Petri, Cádiz, desde donde compartieron románticas imágenes como una tomada al borde de la piscina. “Noches de verano. Te quiero” comentaba. La protagonista de Velvet, de 41 años, y el deportista, de 33, celebraron en abril su primer aniversario, pero aún no tienen planes de boda, tal y como confirmó la revista ¡HOLA! "No me caso señores, no me caso", aseguró ella misma poco después.
No se sabe sin embargo si tomarán la decisión de comenzar una vida en común en la casa que acaba de estrenar la artista en Madrid. Miguel ya ha dicho adiós al fútbol de élite, motivo por el que residía en Marbella, así que quién sabe si ahora se mudará a la capital, donde viajaba con frecuencia para ver a Paula. El pasado mayo, Paula confesaba su deseo de vivir con su novio: "Si Dios quiere, claro que sí. El día de mañana, ojalá".