Las cosas puedes cambiar mucho en un año. Álex Lequio lo sabe mejor que nadie y, tras pelear el año pasado de su dura enfermedad, el joven disfruta de uno de los mejores veranos de su vida en compañía de los suyos. En este caso, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio ha viajado con sus amigos hasta Ibiza, donde ha aprovechado para navegar por las cristalinas aguas de la isla pitiusa. "Finde en Ibiza con la mejor compañía. Gracias por la experiencia", escribía acompañando la fotografía en la que aparece con todos sus íntimos, con los que también ha viajado hasta Formentera aprovechando la cercanía entre ambas islas.
Con una sonrisa de oreja a oreja, en bañador y camiseta de manga corta, Álex aparece junto a parte del equipo de Polar Marketing, la empresa de comunicación que tiene desde hace años. Con ellos ha viajado hasta la isla balear, donde se hospedan en una pequeña villa con piscina desde la que disfrutan de este viaje exprés.
Con 27 años, Lequio, que luce nueva imagen con barba peliroja, continúa su recuperación con una sonrisa y con el optimismo y la fuerza de quien está dispuesto a saltar y superar todas los obstáculos de la vida. Siguiendo una vida normal y disfrutando de las vacaciones, muestra lo bien que está a pesar de que el pasado mes de junio tuvo que visitar de nuevo la clínica para realizarse una revisión médica.
Atrás quedaron los difíciles meses en Nueva York, donde, justo el año pasado por estas fechas, vivía una de las peores etapas de su vida al enfrentarse al cáncer. Este año, y tras pasar unos días con sus amigos, cumplirá uno de los deseos que su madre, Ana Obregón, y él soñaron entonces en la ciudad de los rascacielos: disfrutar de la compañía mutua y de la despreocupación bajo el sol de Mallorca.
Fue el 5 de julio de 2018 cuando su padre Alessandro Lequio hablaba públicamente del estado de salud de su hijo tras publicarse meses atrás unas imágenes del joven, acompañado por sus padres, entrando en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Allí, el colaborador de El programa de Ana Rosa revelaba el difícil momento que estaba pasando la familia. "Me cuesta mantener una sonrisa pero es lo que hay que hacer. Es una enfermedad que asusta, pero hay que trabajar todos los días y con todos los medios a tu alcance", confesaba entonces.