El pasado mes de mayo, Pablo Ibar se libró de la pena de muerte a la que se ha enfrentado durante 16 años, pero fue condenado a cadena perpetua tras ser hallado en enero pasado culpable de ese crimen. El sentido alegato de su esposa, Tanya, que hizo llorar a toda la sala, sirvió para ablandar el corazón del jurado que, finalmente, ha sentenciado al español Pablo Ibar a cadena perpetua. "Amo a ese hombre, sé que es una buena persona y un padre ejemplar", subrayaba ante el tribunal entre sollozos.