A pesar de las duras condiciones que implica participar en Supervivientes son muchos los famosos que desean embarcarse cada año en tal aventura; algo que solamente consiguen unos pocos. Solamente los más fuertes logran llegar a la final, aunque todos ellos coinciden que la isla cambia su forma de pensar y de actuar. La edición más vista de la historia del reality verá su fin este jueves 18 de julio y los cuatro finalistas, que ya se encuentran en Madrid, quisieron, antes de abandonar Honduras, compartir ante las cámaras lo que ha supuesto para ellos vivir en primera persona esta experiencia única e irrepetible.
Fabio, primer finalista oficial de esta entrega, solo ve cosas positivas. El italoargentino asegura que el concurso le ha aportado muchas cosas, pero que sobre todo ha "aprendido a vivir el momento y a pensar más en familia y en la gente" que quiere en lugar de pensar en trabajo o en cosas que no tienen importancia.
Omar Montes, por su parte, piensa que ha habido un antes y un después en su vida. "Para mí llegar a la final es una alegría inmensa. Siento un cambio muy importante en mí. Antes no sabía hacer la 'o' con un canuto y me tiraba todo el día en el sofá o componiendo, ahora he descubierto que soy capaz de buscar comida si no la tengo, de prender un fuego para poder cocinar y de hacer cosas inimaginables, que ni soñaba con hacer. Estoy muy contento de haber descubierto a este nuevo Omar, más maduro, más formalete. Espero que la gente se haya dado cuenta de mi cambio también. No ha sido fácil, pero aquí estamos", explica.
Mahi Masegosa también está orgullosa de su concurso y de la mujer que ha descubierto en Honduras. La exaprendiza de Maestros de la Costura siente que su paso por Supervivientes le ha aportado muchísimo y que le ha enseñado muchísimas cosas de sí misma que ni ella sabía. "Sabía que era un tía valiente, del pueblo, competente, pero no sabía que lo fuera tanto, ni que fuera a aguantar tres meses en las circunstancias en las que he aguantado. He descubierto que soy más fuerte de lo que yo creía y me siento tan contenta y tan orgullosa de mí misma que… ¡puff! Creo que eso es lo más importante…", comenta.
Albert, por su parte, cree que Supervivientes le ha devuelto al niño que llevaba dentro, "un niño que llevaba mucho tiempo dormido". "Creo que ha vuelto ese niño. Ahora vuelvo a emocionarme con todas las cosas, a disfrutar todo, a vivir todo. Pero sobre todo, lo que me ha ofrecido el concurso es a darme cuenta de que solo no soy nadie. Necesito a mi madre, a mi padre, a mi hermana, a mis amigos… Sin ellos no soy absolutamente nada. Antes de entrar aquí creía que era una persona autónoma, que había logrado sus éxitos a base de trabajo y era mentira. Yo he tenido a mi familia apoyándome siempre, también a mis amigos y a todo el mundo. Supervivientes me ha enseñado a valorarlos".