Algún día podré alardear de aquello que suelen decir los puristas cuando un artista despunta: yo lo escuché cuando muy pocos lo hacían. Cuando solo había una muestra maquetera perdida en la marea infinita de Internet, un chaval empezó a sobresalir y a contagiar con el boca a boca porque sabe hacer lo que todos hacen, pero de una manera diferente. Todavía no era parte del eco de las colaboraciones, ni cantaba en salas que estuvieran lejos de su plazuela. Guitarricadelafuente era un meteorito a punto de estallar sobre nuestras vidas, pero eso todavía no lo sabíamos. Bastó un arpegio, una palabra cantada y una bocanada de aire para saber que Guitarrica lloraba como sangran los que sanan las heridas con algo más que sal, con arte.
Cualquiera diría que en una casa valenciana y raíces aragonesas nacería un niño, Alvarico, con un quejío destinado a reavivar la hoguera de una industria musical perdida en el bucle infinito de las bases repetidas hasta la saciedad. Con esa libertad salvaje que otorgan los comienzos, Guitarricadelafuente le concede un espacio envidiable a la improvisación a partir de tres elementos principales que acabarán por marcar su esencia: una guitarra, una caja y su voz. Dice que bebe del folclore tradicional y de grupos como La M.O.D.A, que piensa aprovechar esta oportunidad que le ha dado la vida para cantar encima de un escenario y disfrutar haciendo música.
Meses después de mi primer contacto con sus canciones, acudo a la Sala Galileo, en Madrid, y veo a más de 500 personas gritando a pleno pulmón cada una de sus composiciones. Sus rizos se pelean con las luces y en ocasiones titubea, tímido, ante el micrófono entre canción y canción. Supongo que no debe de ser fácil cambiar el cantar en la soledad del pueblo de su abuela, a la que le dedica una caricia en una de sus canciones más conocidas, Guantanamera; por la mirada atenta de los que ya son sus fans. Esa era la segunda fecha seguida con un sold out colgado que hacía en la capital y ya venía recorriendo otras ciudades y festivales.
Ahora acumula más de 605.000 oyentes en Spotify, 2 millones de reproducciones en Youtube y se suceden los comentarios positivos en todas sus redes sociales. Como decía, Guitarricadelafuente era un meteorito a punto de estallar sobre nuestras vidas, pero eso todavía no lo sabíamos, hasta que empezó a escucharse un estruendo, era una voz y una guitarra que venía a decirnos que a veces la vida es tan bonita, que parece de verdad. No le pierdan de vista, los meteoritos cruzando el cielo también cumplen deseos como lo hacen las estrellas fugaces.