Comenzó su carrera musical impulsada por uno de los formatos televisivos que más éxitos ha cosechado en los últimos años, Operación Triunfo. Ahora, Verónica Romero, convertida en toda una artista que puede presumir de trabajar de forma independiente, lanza un nuevo disco bajo el título Hello World. Se trata de un canto a la vida, a la felicidad y a la conexión entre personas de alguien que sabe muy bien lo que es cumplir sueños y metas confiando en personas que llegaron por casualidad. Es por eso que la ilicitana tiene un mantra marcado a fuego en el corazón: "Confiar en que las cosas buenas llegan si confías y trabajas por lo que quieres". De la joven sin experiencia en el escenario que se presentó al casting del afamado concurso queda ya poco. Casi veinte años después de pisar por primera vez un plató de televisión, Verónica confía más en sí misma, está dispuesta a asumir riesgos y ha aprendido de sus propios fracasos. Orgullosa e ilusionada, ha explicado a HOLA.com cómo recuerda su pasado en Londres y Estados Unidos, cómo vive su presente en Australia y cómo espera que sea su futuro en plena promoción de su última creación: Hello World.
Tu salto a la fama llegó con la Academia de Operación Triunfo y hasta hoy no has dejado de crecer como artista. ¿Qué consejo le darías a la Verónica que salió del programa?
Le aconsejaría que tuvieras más confianza en ella misma y que disfrutara más el momento. La primera vez que me subí a un escenario fue en un plató de televisión y yo lo que sí aprecio ahora son las ganas que he tenido siempre y el saber que tenia que estar por delante de aquello. Eso era lo que me ayudaba a seguir. Y también le diría que disfrutara más, aunque es normal por que los nervios de cantar por primera vez así…
A día de hoy, ¿crees que has logrado tener esa confianza que te faltaba al principio?
Sí, y es un crecimiento. Nunca dejas de crecer. Tienes días diferentes, no todos los días uno sube a un escenario con la misma energía. Lo que sí que hago es agradecer siempre que estoy sobre las tablas, el poder hacer lo que me gusta. Aunque también reconozco que tengo momentos de timidez, pero me subo al escenario y se me pasa. Es una transformación, te conviertes en un canal. Es una conexión con tu universo y con el público, eso le da sentido.
¿De tu paso por Operación Triunfo qué es lo que recuerdas con más cariño?
Recuerdo mucho los momentos con Rosa, con ella eran momentos entrañables. Recuerdo cuando nos hicieron un casting disfrazados y yo me disfracé de Luna Llena y era una niña hippie. O cuando hicimos el 'amigo invisible', la Nochevieja…. Eran momentos que sabías que no ibas a volver a vivir y eso sí que lo recuerdo que vivía cada momento intensamente.
Ahora que ha regresado el formato de OT, ¿crees que sigue siendo un formato positivo para la industria musical?
Lo que pienso es que son programas de televisión donde hay música. Normalmente va separado lo que es un artista que va empezando una carrera y uno que sale de la tele. Llegar al punto en el que te consolides, no depende solo de ti y el programa es algo diferente a empezar una carrera musical por tu cuenta. Yo lo veo bien, todo lo que sea para gente que busque su oportunidad está bien, aunque también hay que saber que no deja de ser un reality y no solo es música. Es una oportunidad para conectar por el público.
Después de tu paso por la Academia te trasladaste a Londres, después cruzaste el charco y terminaste en Australia. ¿Qué te empujó a embarcarte en esa aventura?
El primer disco lo debería haber sacado con Sony, yo fui la única concursante que había logrado algo con una discográfica internacional, aunque no sé qué pasó que de repente la discográfica no estaba en mi camino. Firmé con una española, saqué el disco, vendí unas 300.000 copias pero ví que no le daban el valor, así que decidí hacerme independiente. El segundo disco lo hice con un sello pequeñito mío y para el tercero decidí viajar a Londres, componer mis canciones allí y grabar el disco que se llama Serotonina. Allí ya salí como una artista independiente. Fue toda una aventura porque en aquella época (2005), la industria no entendía aún muy bien que un artista pudiera tener su propio sello. Yo seguí adelante, viví la parte bussines de la música, aprendí e hice todo lo que pude como independiente.
Cuando viajé a Estados Unidos fue para mí como un despertar. Primero estuve en Miami. Di el paso a raíz de un contacto que me citó allí. Eso fue lo que me hizo cruzar el charco. Al principio hubo caos, aunque encontré a personas que me fueron ayudando para continuar y grabé un EP cuyas canciones fueron prenominadas a los Grammy y gané un premio latino muy importante, todo esto como independiente. Ahí supe que todo pasa por algo y para cumplir tu sueño. Fui en coche desde Miami a Los Ángeles para grabar, pasé por Las Vegas, San Francisco… Ese viaje fue increíble, me hizo confiar y ganar fuerza interior.
¿Volverías a relanzar tu carrera como artista independiente?
Sí, sí que volvería a hacerlo. Eso me abrió mucho la mente, me hizo crecer y yo también era muy niña y aprendí a base de caer y levantarme. Recompensas, fracasos… Me hizo coger una dirección mejor en mi vida, para entender más la música, no tomarme las cosas como algo personal. La música requiere un proceso y no depende solo de ti. Eso sí, en el momento en el que me he visto estancada o que no era mi lugar, me he ido muy rápido. He cambiado enseguida. Todo lo que hecho ha sido creativo y eso es algo que siempre me ha gustado de ser independiente.
Hace 17 años que lanzaste tu primer disco, La Fuerza del Sol, ¿qué diferencia encuentras entre la Verónica de antes y la de ahora?
Sobre todo la forma de escribir. Yo llevo ahora un aprendizaje en la vida y una madurez que eso se plasma en el trabajo. La práctica, las tablas, aceptar lo que venga… Me he dado cuenta que después de estos casi 20 años sigo en esto y ahora sigo con más ilusión y ganas. Me ha ayudado a entender que la incertidumbre es el camino a cualquier posibilidad. Antes no saber qué iba a pasar conmigo me creaba ansiedad, pero ahora sé que si confías te pasan cosas buenas y también es importante no tener miedo. Yo, por ejemplo, cuando empecé a sentir incertidumbre en EEUU me fui a Australia. Mi representante actual es de allí y desde el primer momento que le vi sentí una conexión especial y supe que era él la persona que me iba a ayudar.
¿Puedes elegir un momento de tu carrera con el que te quedarías?
Recuerdo con mucho cariño un evento con una fundación en Estados Unidos. Fue un caos, y apareció un pastor con su familia que me apoyó para poder seguir en Miami. Conocer a esa persona fue genial. Luego, en Los Ángeles, cuando pensaba que no iba a poder hacer más por mi carrera apareció el que es ahora mi mánager y desde que le vi dije: 'Esta persona es con la que quiero trabajar'. Hubo una conexión brutal y se quedó una temporada ayudándome. Luego él volvió a Australia y en cuanto pude me fui para allá. Pude grabar mi nuevo disco Hello World e hice gira y promoción.
Para ese nuevo disco Hello World, ¿cuál ha sido tu inspiración? ¿Qué mensaje quieres lanzar?
Mi inspiración ha sido poder conectar con las personas y lograr hacer una piña, por eso se llama 'Hola Mundo', en español. Son himnos de pop rock mezclados con dance. Tiene mucha variedad y son canciones para ir a los conciertos y disfrutar. Lo que más me gusta es componer y he disfrutado mucho. Precisamente ese mensaje de unión es el que quiero mandar. Optimismo. Una rebelión del amor del amor universal.
Además de cantar has sido presentadora, has sido actriz, has concursado en Supervivientes, has sido imagen del Elche, madrina del Atlético féminas… ¿Te quedas con ganas de hacer algo?
Cuando eres una persona creativa siempre vas a tener algo que sea el próximo paso. Tengo muchos proyectos bonitos que ya están ahí y tendrán repercusión en España porque los podremos traer aquí, ahora solo es confiar que va a pasar y trabajar para que pase.
Como última pregunta: ¿Tienes pensado regresar a España?
Bueno, regresar como tal no sé, porque una vez que sales de tu zona de confort y empiezas a expandirte es difícil volver. Yo quiero seguir trabajando en Australia pero voy donde me lleve la música. Al final lo que te queda es estar donde seas feliz y hagas lo que te gusta. Siempre voy a buscar estar donde pueda desarrollarme como artista y persona. Lo bonito es buscar ejercicios en la vida que te hagan despertar y darte cuenta del valor que tienes tú mismo en la vida. Si no tienes salud ni felicidad no puedes ayudar ni convivir con nadie.