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Si hay algo imprescindible para hacer más llevadera la estancia de los concursantes en Supervivientes es conseguir hacer fuego y mantenerlo encendido para cocinar. Siendo varias personas en el grupo, los trabajos de vigilancia durante el día y la noche para que la llama no se apague son más fáciles. No es ese el caso de las que se encuentran en el Palafito. Chelo García Cortés y Mahi continúan su andadura en el reality alejadas del resto de compañeros y, aunque entre ellas la convivencia es genial, son muchos los momentos en los que echan de menos al resto. Una de las últimas ocasiones ha tenido lugar hace escasas horas. Ambas contaban con tres cerillas para toda la semana, aunque el fuerte viento les ha echo desperdiciar dos, poniéndoles así contra las cuerdas.
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En las últimas horas, Chelo y Mahi se disponían a hacer la hoguera correspondiente para poder preparar su comida. Tenían la madera lista, la yesca agrupada y la amiga de Isabel Pantoja encendió la primera cerilla, momento en el que la exconcursante de Maestros de la costura aprovechó para comenzar a soplar con el fin de que el fuego cogiera cuerpo y se mantuviera encendido. El viento hizo de las suyas y, pese a los esfuerzos de la de Granada, la llama se apagó. Y lo mismo pasó una ocasión más.
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"Va o no va", preguntaba la colaboradora de Sálvame. "Parece que no mucho", contestaba su compañera desanimada. En un nuevo intento por avivar la chispa, Chelo comenzaba a soplar, aunque no logró su objetivo. "La primera vez nos salió de maravilla, y ahora llevamos dos veces que tenemos que gastar la segunda cerilla, lo que implica que estemos todas las noches sin dormir. Si es que conseguimos encerlo hoy, claro", lamentaba. "No te quiero desanimar, pero no lo veo claro", decía a Mahi.
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En el segundo intento, la pareja de concursantes logró su objetvo y, ahora, tendrá que pasar las noches en vela para asegurarse de que el fuego no se apaga. En caso de que eso ocurra, tendrían que utilizar la última cerilla y sería imprescindible su vigilancia para que no se extinguiera. Sin duda, una presión que añade dificultad a su estancia en el Palafito de Supervivientes, de la que sus compañeros tuvieron constancia hace unos días tras la repesca de Mónica Hoyos. La tonadillera, esperanzada por sus ganas de volver a ver a Chelo, no tenía problema en confesar que hubiera preferido que volviera la colaboradora, o incluso Mahi, algo que enfadó a la peruana. La tensión a pocas semanas de la gran final no hace más que aumentar.
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