Las asombrosas conexiones que tenía Gloria Venderbilt, la pobre niña rica de América, con España
La heredera de una de las grandes fortunas de Estados Unidos falleció este lunes a los 95 años. Era diseñadora, artista, actriz, escritora, empresaria… ¡y española!
Gloria Vanderbilt era la celebridad más longeva del mundo. Desde el día que nació, el 20 de febrero de 1924, hasta el día de su muerte, el pasado lunes, la pobre niña rica de América tuvo que lidiar con la fama. Fueron 95 años de notoriedad, dos más que los que tiene la reina de Inglaterra. Casi un siglo sobrellevando el peso del apellido Vanderbilt, sinónimo de fortuna, tragedia y escándalo.
Una de las anécdotas más curiosas de la vida de Gloria es que hasta que no cumplió 9 años no supo que era una de las mujeres más ricas del mundo. Cuando su padre, Reginald Calypoole Vanderbilt, falleció, ella solo tenía dieciocho meses… y un fideicomiso de cinco millones de dólares de la época. Hoy, eso equivaldría a unos 71 millones.
Su madre, Gloria María Mercedes Morgan, se mudó a Francia y nunca le habló del dinero ni de los Vanderbilt. En cambio, la pequeña Gloria se crió en París escuchando las historias de su abuela materna, la gran dama chilena Luisa Kilpatrick, sobre la noble ascendencia española de su familia. Estas con las cinco asombrosas conexiones entre Gloria Vanderbilt y nuestro país.
Una familia de nobles castellanos
La bisabuela de Gloria, Luisa Fernández de Valdivieso Aráoz, era miembro de una distinguida familia chilena con orígenes españoles que se remonta al siglo XVII, cuando el noble castellano Juan de Valdivieso, muy estimado por el rey Carlos II, se instaló en Sudamérica. La familia materna de Gloria siempre mantuvo la conexión con nuestro país.
El abuelo de la heredera, Harry Hays Morgan, era diplomático de carrera y durante unos años fue destinado a Madrid por el gobierno de Estados Unidos. La madre de Gloria aprendió a hablar español en nuestro país. "Hablábamos el francés como el español y el español como el francés, y el inglés como… bien, como algo que no puedo mencionar", recordaría en sus memorias.
Un antepasado santo
Gloria creció en París escuchando infinitas leyendas sobre sus antepasados españoles, entre los que había conquistadores y santos. Su abuela siempre le recordaba que su familia estaba emparentada con el mismísimo San Ignacio de Loyola, el religioso de origen vasco que fundó la Compañía de Jesús, también conocida como los Jesuitas.
Su tía, mecenas de Picasso
Con solo 10 años, Gloria se vio envuelta en una colosal batalla sobre su custodia. La prensa del momento, en plena Gran Depresión, lo calificó como "el juicio del siglo". Su tía paterna, la escultora y filántropa Gertrude Vanderbilt Whitney, pidió su custodia en los tribunales, temerosa de lo que su excuñada estuviera haciendo con los millones de la pequeña.
Al término del juicio, la pequeña Gloria fue separada de su madre y obligada a vivir con su tía, que en esa época era mecenas de Pablo Picasso y estaba levantando los cimientos del Museo Whitney de Nueva York. De la mano de ella descubrió el mundo del arte y la bohemia del Village neoyorquino.
Amiga de Salvador Dalí
En 1941, con 17 años, Gloria huyó de la casa de su tía en Nueva York y se mudó a Hollywood para probar suerte como actriz. A los pocos meses se casó con el representante de actores Pat DiCicco y se convirtió en una de las mujeres más deseada de Los Ángeles.
Ese mismo año, Salvador Dalí la invitó a su famoso Baile Surrealista en el Hotel del Monte, en Monterey, una de las fiestas más locas de la historia. El artista español convirtió el hotel en un bosque encantado: pidió dos mil árboles, cinco mil sacos de arena, cuatro camiones de calabazas, tres cabras, una jirafa, un león y varios monos. Entre los invitados a la velada surrealista estaban Bob Hope, Clark Gable o Alfred Hitchcock. Pero Gloria , que acababa de casarse con DiCicco, fue la estrella de la noche. Dalí y Gala quedaron fascinados con ella.
Fan de Mariano Fortuny y Madrazo
Gloria fue una de las clientas más fieles del pintor y diseñador de moda español Mariano Fortuny y Madrazo. También se convirtió en una de las mejores modelos de los vestidos Delphos creados por Fortuny, inspirados en las pallas usadas en la antigua Roma. La heredera fue retratada en numerosas ocasiones llevando las creaciones del genio granadino, siempre por grandes fotógrafos como Richard Avedon o Horst P. Horst. La última vez que lo hizo fue para Norman Jean Roy, en 2016. Entonces, ya tenía 91 años.