El gran momento se ha hecho esperar, pero no hay duda de que Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam han celebrado por todo lo alto su enlace. A pesar de la discreción y el celo con el que han guardado todos los detalles de su boda, es inevitable que se acaben colando los detalles más inesperados de la divertida fiesta nocturna con la que la pareja celebró su 'si quiero'. Si ya nos habían sorprendido con un menú muy poco protocolario, pero aún así delicioso, compuesto por pizza y helado, en el coctel informal que sucedió a la ceremonia, la música, la risa y los bailes con los que los Grimaldi han puesto el broche de oro al enlace en La Vigie, el palacio de Karl Lagerfeld en Mónaco, hace que se nos muevan los pies solo con verlos.
La fotografía oficial de la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam
En las publicaciones en redes sociales de algunos de los invitados pudimos ver a sus hermanos Andrea y Pierre Casiraghi con Tatiana Santo Domingo y Beatrice Borromeo, dándolo todo ante el escenario. En ningún momento de la celebración faltó la música, que abarcó desde lo más electrónico a lo más étnico, de manera que nadie tenga la excusa de quedarse sentado. Alessandro Rittori and the Portofinos, una popular banda italiana de la que Beatrice Borromeo es una gran fan, fueron los encargados de amenizar la fiesta posterior a la boda en la que la familia al completo, con Carolina de Mónaco a la cabeza demostraron llevar el ritmo en la sangre. Por la noche, el escenario fue de la banda británica The Kooks y del rapero frances MC Solaar, que no dudó en dedicar a la madre de la novia su tema más popular, Caroline.
El vestido de Carlota Casiraghi era uno de los secretos mejor guardados del evento y no se desveló hasta bien entrada la jornada del sábado. Pero aún quedaba una sorpresa más, ya que si la hija de Carlolina de Mónaco ya deslumbró con su diseño corto de Yves Saint Laurent, para la segunda parte de la celebración, tenía preparado otro modelo en blanco roto y palabra de honor, firmado por Chanel, con el que volvió a dejar patente el motivo por el que la joven es todo un icono de la moda.
Los novios pusieron así el colofón perfecto a un día inolvidable que comenzó con una ceremonia civil en el Palacio Grimaldi seguida de una recepción informal en los jardines en la que se sirvió un apetitoso almuerzo y que culminó, nada mas y nada menos que ¡con el novio en la piscina!. A partir de las 20 horas, llegó el momento de vestirse de largo para la gran fiesta nocturna en La Vigie, la residencia que adquirió Lagerfeld, al lado del Palacio en el que creció su gran amiga y musa Carolina de Mónaco.