Así 'disfruta' Carlos Lozano de sus días en el palafito de 'Supervivientes'
Después de la agonía de Jonathan, parece que el presentador lleva bastante bien su 'destierro' como 'pirata olvidado' en Supervivientes
Carlos Lozano está a punto de cumplir su primera semana en el palafito. El polémico presentador fue enviado a la plataforma de madera tras un duelo de titanes con Chelo García Cortés. En este tiempo ha tenido tiempo para reflexionar, pero también para desquiciar a algunos de sus compañeros, saltándose las normas que, en su condición de pirata olvidado, le impiden comunicarse con ellos. Carlos ha provocado e irritado a los concursantes de Playa Cabeza de León. Se acerca constantemente a ellos, intenta robarles algunos de sus objetos más preciados y realiza comentarios que terminan provocando el caos en la isla.
El ex de Mónica Hoyos confesaba durante el último episodio de Tierra de Nadie que el palafito había cambiado su forma de pensar en el concurso. Aun así, no duda en criticar a sus compañeros de playa constantemente, puesto que considera que no hacen absolutamente nada durante todo el día y que no merecen estar en el concurso. Con la única tiene una relación de mayor cordialidad es con Mahi, a quien recientemente regalaba un collar, saltándose una vez más la norma de interactuar con el grupo.
A diferencia de Jonathan o Loly Álvarez, Carlos Lozano parece sentirse extremadamente bien en el palafito. Loly aseguraba antes de irse que había empezado a encontrar la calma en la plataforma – que entonces se encontraba ubicada en mitad del mar- y que la sensación de terror y soledad de los primeros días poco a poco fue pasando con el tiempo. Jonathan, que habitó el palafito durante dos largas semanas, acabó totalmente derrumbado y suplicó a la audiencia, entre mil perdones, que lo enviaran de vuelta a España.
Dos situaciones muy diferentes a las que está viviendo Carlos Lozano, que además de haberlo decorado con decenas de corales y otros adornos, cuenta con la compañía de un insólito amigo, un pequeño pájaro con el que habla a través de silbidos y al que deja pequeñas cantidades de comida y bebida sobre las tablas de su nueva casa.
La energía de Carlos parece no agotarse. El presentador se encuentra lo suficientemente fuerte a nivel psicológico y físico como para no tirar la toalla. De hecho, su intención es "echar a todos uno a uno" y convertirse en el rey del palafito. Este jueves, tras la ceremonia de expulsión, Chelo, Lidia o Violeta tendrán que enfrentarse a la decisión de la audiencia