Ya recuperada de su traspiés, Cayetana Rivera asistía esta semana a la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, para disfrutar de una de las jornadas más destacadas de San Isidro. No lo hacía sola, a su lado, un apuesto joven que intentaba pasar desapercibido para la prensa, algo que no consiguió ni fuera ni dentro de los ruedos, donde la pareja se mostró mucho más cariñosa que en los alrededores del recinto. Pero, ¿quién es la persona que ha conseguido ilusionar de nuevo a la hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo tras su ruptura con Curro Soriano?
Su nombre es Enrique González de Castejón Velilla y tiene 23 años. Aunque estudió la carrera de Dirección y Administración de Empresas en la Universidad Carlos III de Madrid y trabajó cinco meses en el departamento financiero de la empresa Tressis, su verdadera pasión es el hockey hierba, deporte al que se dedica de manera profesional desde septiembre de 2015 en el equipo Club de Campo Villa de Madrid, segundo en la División de Honor masculina. Su juego le hizo llegar poco después a la Real Federación Española de Hockey.
El madrileño, galardonado en 2016 como MVP (jugador más valioso) en el mundial Sub-21 y ganador de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de las juventudes, ya ha sido llamado por la Selección. Su amor a este deporte viene de familia, pues su padre también era jugador de hockey. Además, tiene como maestro a otro gran jugador, Bosco Pérez-Pla, uno de los fijos de la absoluta.
Aunque su juego le ha hecho recibir ofertas de otras grandes ligas, como la holandesa o la belga, por el momento el joven prefiere seguir creciendo en Madrid, ciudad en la que reside, más concretamente en la zona de Aravaca. A pesar de que solo llevan juntos un par de meses, la nieta de la duquesa de Alba se muestra feliz al lado del deportista.
Atrás queda su relación con Curro Soriano, el primer amor conocido de la joven que reveló la revista ¡Hola! en exclusiva. La revista publicó entonces las románticas imágenes de la pareja durante un romántico almuerzo en un restaurante de Marbella, donde Tana pasa parte de sus vacaciones de verano junto a su madre, en Las Cañas, la casa familiar de los Alba en la Costa del Sol. Su ruptura, confirmada por su madre, llegaba en febrero, aunque la última vez que podíamos verles juntos era en septiembre, durante la puesta de largo de la hija de Francisco y Eugenia.