Las nominaciones del pasado jueves prometían una tensa y emocionante semana en Supervivientes. Carlos Lozano, Chelo, Albert e Isabel Pantoja, cuatro de los concursantes más fuertes de esta edición, arrancaban la semana en la cuerda floja. El programa fue anunciando con cuenta gotas el nombre de los robinsones que continuarían nominados de cara a la gala del próximo jueves, dejando para el final a dos grandes titanes: Chelo e Isabel.
Pese a sus múltiples y constantes súplicas y las amenazas con abandonar su aventura, la artista era salvada por la audiencia. Una noticia que afrontó con gran alegría a pesar de todo. Además, aprovechando el directo y la conexión con España, Isabel mandó un bonito mensaje a su madre doña Ana, que cumple años este miércoles 22 de mayo. "Quiero decirle que la amo y que la quiero con locura y que pase un día estupendo con la familia y los amigos".
Los concursantes se encuentran a punto de celebrar su primer mes en los Cayos Cochinos. Las tensiones, el cansancio y el hambre no cesan y no dejan de hacer mella en ellos, que han vivido una semana cargada de altibajos emocionales. El pasado domingo, los señores consiguieron superar el reto grupal, consiguiendo como recompensa un suculento manjar, ante la tristeza de los otros dos grupos. Al ver esta situación, el capitán Morgan se apiadó de los habitantes de playa pirata y de playa abandonada y les ofreció suculentas raciones de comida.
Anoche, durante el último episodio de Tierra de Nadie, los supervivientes de cada playa tuvieron la oportunidad de obtener una nueva recompensa. Los piratas no consiguieron resolver el juego. Isabel Pantoja volvió a negarse a realizar la prueba de habilidad. "No quiero lastimarme", dijo mientras hacía que sus compañeros perdiesen la mitad de la recompensa con su decisión. Mónica Hoyos y Carlos Lozano –playa abandonada y la playa de los señores- fueron los únicos capaces de terminarlo. Mónica fue la única capaz de resolver el reto de construir una pirámide de madera tridimensional. Una curiosa coincidencia ante la que el veterano presentador se emocionó recordando a la hija que tienen en común: "Nosotros jugábamos mucho con Luna a hacer puzzles y cosas de estas, digo yo que algo se habrá quedado".
Jonathan, pirata olvidado, por otro lado, no aguanta más. Quiere irse ya que no soporta estar más tiempo en el palafito, incomunicado de sus compañeros. "No puedo hablar con nadie y eso me está matando. Quiero volver a casa, con mi familia", suplicaba el joven, justo cuando está a punto de cumplir dos semanas viviendo en la plataforma marina.
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