Esther Arroyo regresa al trabajo tras ganar la batalla al dolor crónico: 'Pensé que no mejoraría'
Un nuevo tratamiento ha conseguido reducir en un 80% el dolor con el que ha convivido durante más de una década
Esther Arroyo vive, desde hace unos meses, una nueva etapa en su vida tras el grave accidente que sufrió en el año 2008 y del que le quedaron graves secuelas físicas, entre ellas, fuertes dolores crónicos. La actriz se ha sometido a un revolucionario tratamiento con el que parece haber parado, de manera sensible, el sufrimiento físico que le ha acompañado durante una década y que paralizó de manera sustancial su carrera profesional. Un proceso que la propia Esther explicaba durante la presentación oficial del Comité para una vida Sin Dolor: "He pasado por muchísimas fases hasta llegar a la procaína. Llevo diez años sufriendo las secuelas del accidente, pero los últimos cuatro años estaba estancada en un dolor que nadie pensaba que iba a mejorar. De repente con un tratamiento que me propusieron que consiste en inyectar procaína en las cicatrices, que era dónde radicaba parte del dolor, he visto como en cuestión de cinco meses llevo celebrando que, aunque sigo teniendo dolor, vivo con el 80% menos del dolor que tenía antes".
Una sustancial mejora que ha cambiado todo a su alrededor hasta el punto de que la intérprete prepara su regreso a escena: "Yo tengo un desastre óseo ahí muy grande, pero ahora estoy mucho más capacitada para hacer de todo y tengo la intención de volver a trabajar ya que tengo más aguante, más resistencia, puedo caminar, la pierna no rota por las adherencias… A veces no nos damos cuenta de que andar, respirar y comer es tan importante".
Aunque la presentadora no tiene ofertas en firme, no ha dudado en explicar en qué momento se encuentra de cara a su regreso: "Hace tan poco tiempo que estoy bien que hace menos tiempo aún que me estoy planteando el regreso. Lo que estoy haciendo es lanzar mi mensaje a las productoras y las cadenas que llevan tanto tiempo oyendo de mi boca que no puedo trabajar por mi situación. Ahora por fin puedo y estoy dispuesta a lo que haga falta". Una disposición a la que únicamente pone un 'pero': "A mí, los realitys es lo que menos me gusta, pero no me voy a cerrar puertas. Participar me gusta casi menos que presentar, si no es una cosa de hacer sangre no me importa, pero me gustaría cosas amables".
A pesar de que no se cierra ninguna puerta, la intérprete parece estar más inclinada al mundo de los programas, aunque no puede evitar mirar con nostalgia su etapa como actriz en series como Periodistas, un trabajo del que guarda un grato recuerdo: "Antes de ayer estuve con Pepón viendo su obra de teatro en Málaga. Con el resto tengo menos contacto. Ellos sí se han visto más, pero yo no he podido". Una lejanía que no ha mermado en absoluto el sentimiento a los que fueran sus compañeros y amigos: "No tenemos grupos de WhatssApp porque en esta profesión te haces amigo en dos minutos y cuando se pasa a otro proyecto cambias y pasas a ser amigo de otros compañeros, pero la gente se queda en tu corazón… A toda mi gente de Periodistas los llevo en mi corazón y ahora más que lo están reponiendo". Una mirada al pasado que, después de los sucesos que han marcado su vida, le han hecho mirar al futuro con nuevos ojos: "Con todo lo que me pasó no me quedó más remedio que replantearme la vida de otra manera. Uno no debe quedarse estancado en lo que era y ha dejado ser sino en lo que puede ser". Un horizonte lleno de posibilidades que vive un nuevo comienzo.