Lara Álvarez compartía el pasado sábado una foto con todos sus seguidores en la que aparecía con un precioso bebé en brazos y rodeada de niños. "Pequeñas GRANDES cosas", escribía la presentadora de Supervivientes provocando, sin quererlo, una gran polémica. "Parece que solo se echan fotos con niños de países con grandes problemas de desarrollo y falta de recursos, y si el niño/a es negrito mejor... Porque no veo a nadie yendo a París, Italia, o a cualquier otro país desarrollado y cogiendo al hijo/a de alguien para subirlo a la redes sociales", decía un usuario. "Con la barbaridad que se le paga a algún concursante se podría mejorar vidas como la de esos niños", comentaba otro.
Ante las críticas recibidas, Lara no dudó en pronunciarse. "Madre mía lo que hay leer... espero de corazón que todos aquellos de mente retorcida que critican y pierden el tiempo en ello, lo estén compensando por otro lado en ayudar. ¿Que quite la foto? ¡La voy a enmarcar! Llevo cinco años aquí, hablo de mi FAMILIA HONDUREÑA, y me saco y pongo fotos con quien a mi me apetezca y esa persona quiera. ¿Estabas, tú que criticas, ayer compartiendo el día conmigo? Que lastima la falsa dignidad y respeto desde el desconocimiento. Que pena el prejuicio y la crítica vacía. Que pérdida de tiempo también este mensaje, ni si quiera después de leerlo entenderás nada... ¿Y sabes a quién haces mal? A ti mismo, por vivir señalando en vez de mirarte un poquito. No hay mejor juicio que la propia conciencia. La mía vive en PAZ", declaró.
Las palabras de la asturiana, que cumplirá 33 años el próximo 29 de mayo, han sido muy aplaudidas. "Esos peques son los verdaderos supervivientes y no dudo de que vuestra estancia allí les hace mucho bien", ha publicado uno de sus seguidores. "Se puede decir más alto pero no más claro", ha manifestado otro. "Yo soy hondureña y vivo en España, y veo esa foto y me parece supertierna. Orgullo de que quieras a mi gente", ha añadido una usuaria.
Al margen de lo ocurrido con esta foto, Lara ha disfrutado de un "día libre" en Honduras junto al resto del equipo y una fiesta. Un merecido descanso para todos aquellos que trabajan al otro lado del charco, ya que el arranque de Supervivientes está siendo muy movidito. En la primera gala, la presentadora tuvo que cambiar el tono dulce al que nos tiene acostumbrados por uno mucho más serio para "dejar las cosas claras" a los concursantes desde el principio. "Yo soy la que dice las órdenes, yo soy la que dice los resultados y yo soy la que dice las trampas, ¿claro? pues se acabó", exclamó.
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