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Le llaman el hermano pequeño del Palacio Real y, efectivamente, su majestuosidad es casi comparable. Ubicado entre las calles de la Princesa y de Alberto Aguilera, el palacio de Liria es desde su construcción en el 1773 uno de los grandes edificios arquitectónicos y artísticos de la capital. Por ello, la noticia de su conversión en museo ha alegrado a muchos. Según han confirmado a Europa Press desde la Fundación Casa de Alba, la que fuese residencia de Cayetana Fitz James Stuart estará abierta todos los días a visitas como “casa habitada” y habrá entrada de pago, aunque se mantendrá al menos un día de gratuidad a la semana, tal y como se establece para los Bienes de Interés Cultural (BIC).
Tal y como adelantaba la familia Alba a El País, actualmente se trabaja en las obras de remodelación del edificio, con la reforma de taquillas y la instalación de una tienda, las cuales se espera que finalicen en verano. Con este cambio, se eliminará la larga lista de espera, de cerca de dos años, que actualmente existe para visitar esta propiedad. A día de hoy, las visitas se realizan únicamente los viernes en tres horarios, a las 10.00 horas, 11.00 horas y 12.00 horas y cada turno está formado por un máximo de 15 personas.
El Palacio de Liria es uno de los palacios madrileños del siglo XVIII mas imponentes que ha llegado hasta nuestros días. Un tesoro arquitectónico que es la residencia habitual de los Duques de Alba, sede de la Fundación Casa de Alba y uno de los edificios arquitectónicos más importantes de Madrid, albergando una de las colecciones de arte privadas más destacada del mundo.
Construido en 1773 por orden del III duque de Berwick y III duque de Liria, Jacobo Fitz-James Stuart y Ventura Colón, antepasado del actual Duque de Alba. Entre los arquitectos que participaron en la creación de este edificio neocláisco destaca Ventura Rodríguez (1717-1785), años más tarde el inglés Sir. Edwin Lutyens (1869-1944) planteó varias reformas, encargadas por el XVII Duque de Alba, D. Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, modificándose algunas partes del edificio como la escalera principal.
En 1936, durante la Guerra Civil, el Palacio fue bombardeado quedando, después de estar varios días ardiendo, destruido y reducido exclusivamente a sus cuatro fachadas. En previsión de lo que pudiera pasar, el padre de doña Cayetana había sacado de allí meses antes gran parte de la colección de arte y de las joyas de la Casa de Alba, que fueron guardadas en la Embajada británica, el Museo del Prado y el Banco de España. La reconstrucción posterior corrió a cargo de la Duquesa de Alba que, basándose en los planos de Lutyens y con el arquitécto Manuel Cabanyes al frente, erigió de nuevo el Palacio, reconstruyendo las 200 dependencias, tres plantas y 26 salones para los que eligió nombre y color.
Eso sin olvidar las fincas y jardines y el archivo, y es que hay que recordar que en Liria se guarda la mayor parte de la gran colección que tienen los Alba. Más de treinta mil libros conforman una espectacular biblioteca, entre la que se cuentran una Biblia de 1430 que se salvó de la Inquisición y fue la primera traducida al castellano, el testamento de Fernando el Católico, la edición príncipe de El Quijote, las capitulaciones matrimoniales de Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, documentos autógrafos de Cristóbal Colón y hasta la escritura de venta de un pazo en Galicia (1026), el documento más antiguo de la Casa.
Cabe recordar que Liria además ha albergado en los últimos años las bodas más importantes de los Alba. Cayetana Fitz James Stuart con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate; Jacobo Martínez de Irujo, tercer hijo de la Duquesa de Alba, y el hijo de este, Jacobo Fitz-James Fernández de Castro; Luis Martínez de Irujo, primogénito de Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James; y, hace solo unos meses, Fernando Fitz-James Stuart, primogénito del actual Duque de Alba, con Sofía Palazuelo, han elegido este majestuoso lugar para su enlace.
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